El nombre en griego quiere decir provechoso, útil, de ayuda; era común dar este nombre a esclavos. Onésimo era un esclavo comprado por Filemón, el cual, según la ley romana, no tenía derechos humanos. Él había huido de su amo, cometiendo así un crimen cuyo castigo era la muerte. Mientras Onésimo estaba en la cárcel en Roma con el apóstol, fue salvo por medio de él. Ahora el apóstol lo enviaba de regreso a su amo con esta epístola.
