Lit., entrañas.
Lit., entrañas.
Aliviados, animados.
O, inservible. Se refiere al hecho de que Onésimo había huido de Filemón.
O, servible. Porque Onésimo se había convertido y estaba dispuesto a regresar a Filemón.
Tal como el Señor no haría nada sin nuestro consentimiento.
Pues indica que se va a presentar la razón por la cual el apóstol oró pidiendo que la fe de Filemón fuera eficaz en los santos (v. 6); la razón fue que el amor de Filemón había confortado los corazones de los santos y, por lo tanto, había proporcionado al apóstol mucho gozo y consolación.
Lit., para, hacia. Todas las buenas cosas espirituales y divinas que están en nosotros son para Cristo, hacia Cristo, por Cristo. El apóstol oró pidiendo que la comunión, la comunicación, la participación, de la fe de Filemón hacia todos los santos llegara a ser eficaz en ellos en el elemento y esfera del pleno conocimiento, la completa comprensión, de todas las cosas buenas que hay en nosotros para Cristo, lo cual haría que ellos apreciaran y reconocieran todas las buenas cosas espirituales y divinas que tienen los creyentes para Cristo.
Algunos mss. antiguos dicen: nosotros.
No se refiere a cosas naturales (cfr. Ro. 7:18) sino a buenas cosas espirituales y divinas, tales como el amor y la fe que Filemón tenía hacia el Señor Jesús. Estas cosas buenas están en nosotros los creyentes regenerados, pero no en los hombres naturales.
Es decir, el pleno aprecio y el pleno reconocimiento que se obtiene a través de la experiencia.
En la etapa inicial de la vida de un creyente, la fe viene primero, y luego, a partir de la fe se produce el amor (Gá. 5:6; Ef. 1:15; Col. 1:4 véase la nota 1 Ti. 1:142c y la nota Ef. 6:232b). Pero aquí, el amor se menciona primero y después la fe debido a que la igualdad en cuanto al estatus de los creyentes, de la cual trata esta epístola, es un asunto relacionado con el amor que procede de la fe. Puesto que en el nuevo hombre los miembros se aman los unos a los otros en la fe (Tit. 3:15), su relación es una relación de amor por medio de la fe. El apóstol sentía aprecio por la comunión de la fe de Filemón (v. 6) y fue animado por su amor (v. 7); por lo cual, le rogó a Filemón que debido a este amor recibiera a Onésimo (v. 9). Estas dos virtudes son mencionadas aquí en combinación; Filemón tenía ambas, no sólo hacia el Señor, sino también hacia todos los santos.
Filemón vivía en Colosas (v. 2; cfr. Col. 4:17; v. 10; cfr. Col. 1:2; 4:9) y, según la historia, era un anciano de la iglesia allí. Muy probablemente la iglesia en Colosas se reunía en su casa. Por lo tanto, era la iglesia que estaba en su casa.
Ya que lo tratado en esta epístola es un asunto familiar, Apia debe de haber sido la esposa de Filemón, y Arquipo, su hijo.
O, embajador (Ef. 6:20).
Aquí prisionero, compañero de prisiones en el v. 23, y prisiones en el v. 13 indican que esta epístola se escribió durante el primer encarcelamiento del apóstol en Roma. Véase la nota 2 Ti. 4:62b.
El nombre en griego quiere decir provechoso, útil, de ayuda; era común dar este nombre a esclavos. Onésimo era un esclavo comprado por Filemón, el cual, según la ley romana, no tenía derechos humanos. Él había huido de su amo, cometiendo así un crimen cuyo castigo era la muerte. Mientras Onésimo estaba en la cárcel en Roma con el apóstol, fue salvo por medio de él. Ahora el apóstol lo enviaba de regreso a su amo con esta epístola.
Porque presenta la razón del envío en el v. 12.
El apóstol siempre saludaba a los destinatarios de sus epístolas, tanto al comienzo como al final, con la gracia del Señor. Esto muestra que confiaba en la gracia del Señor, teniendo la seguridad de que esta gracia les permitiría tanto a ellos como a él mismo (1 Co. 15:10), lograr lo que les había escrito. Ningún esfuerzo humano es útil para llevar a cabo una revelación tan elevada como la revelación consumadora recibida por el apóstol Pablo; para esto se necesita la gracia del Señor.
Véase la nota Gá. 6:182.
Algunos mss. antiguos agregan: Amén.
Quizás no es sólo una expresión de humildad, sino también una expresión que muestra que no hay prejuicios.
Poseerlo por completo.
Esta breve epístola tiene el propósito especial de mostrarnos la igualdad, en la vida eterna y el amor divino de Dios, de todos los miembros del Cuerpo de Cristo. En la época primitiva en que vivió Pablo, la vida de Cristo había anulado entre los creyentes la fuerte institución de la esclavitud. Puesto que el sentimiento de amor de la comunión cristiana era tan poderoso y prevaleciente que el maligno orden social imperante entre los seres humanos caídos fue espontáneamente ignorado, no había necesidad de emancipación institucional. Debido al nacimiento divino de los creyentes en Cristo y a que vivían por la vida divina, todos ellos tenían un mismo estatus en la iglesia, la cual era el nuevo hombre en Cristo, y en la cual no había discriminación entre el libre y el esclavo (Col. 3:10-11). Esto estaba basado en tres hechos:
1) la muerte de Cristo en la cruz abolió todas las ordenanzas de las diferentes maneras de vivir, para crear un solo y nuevo hombre (Ef. 2:15);
2) todos nosotros fuimos bautizados en Cristo y fuimos hechos uno en Él sin ninguna diferencia (Gá. 3:27-28)
3) en el nuevo hombre Cristo es el todo y en todos (Col. 3:11).
Tal vida con tal amor en igualdad de comunión es perfectamente capaz de mantener el buen orden en la iglesia (en Tito), llevar a cabo la economía de Dios en cuanto a la iglesia (en 1 Timoteo), y resistir la corriente de decadencia de la iglesia (en 2 Timoteo). La soberanía del Señor hizo que los libros del Nuevo Testamento fueran dispuestos de tal modo que esta epístola sea puesta después de los tres libros que la preceden.
Onésimo era más que un hombre libre; era un hermano amado.
Aquí hermano amado, la hermana (v. 2), amado colaborador nuestro (v. 1), nuestro compañero de milicia (v. 2), mis colaboradores (v. 24), mi compañero de prisiones (v. 23), y compañero (v. 17) son términos íntimos que indican el sentimiento íntimo del apóstol en su relación con los miembros del nuevo hombre.
Alivia, anima.
Lit., entrañas, así también en el v. 7. Puesto que Filemón había confortado las partes internas de los santos, su compañero le pedía ahora que hiciera lo mismo con él en el Señor.
Pablo consideraba que su visita sería un regalo de gracia a la iglesia.
Es decir, en la carne como un esclavo y en el Señor como un hermano. Siendo esclavo en la carne, Onésimo era un hermano, y siendo hermano en el Señor, era un esclavo.
Del mismo modo que una iglesia local con sus ancianos son socios con el Señor, y el Señor les confía los recién salvos, como hizo el buen samaritano con el hombre que fue sanado (Lc. 10:33-35).
Esto indica la profunda relación de comunión en el Señor.
Esto indica que Onésimo había defraudado a su amo.
Al cuidar a Onésimo, Pablo hizo exactamente lo que el Señor hace por nosotros.
Tal como el Señor paga todo por Sus redimidos.
Esto indica que Filemón había sido salvo a través de Pablo mismo.
Gr. onaimen; suena como Onésimo (ambas palabras quieren decir provechoso). Esta palabra es una alusión al nombre Onésimo. Esto es un juego de palabras que implica que como “tú mismo te me debes, tú eres un Onésimo para mí; por lo tanto, tú me debes ser provechoso, es decir, me deberías dar ganancias en el Señor”.