La ley fue dirigida al hombre de la vieja creación, mientras que el evangelio hace del hombre la nueva creación en resurrección. Dios hizo de Pablo un apóstol, no por la ley según el hombre natural de la vieja creación, sino mediante la resurrección de Cristo conforme al hombre regenerado de la nueva creación. Por tanto, aquí Pablo no dice: “Dios el Padre, que dio la ley por medio de Moisés”, sino “Dios el Padre, que lo resucitó [a Cristo] de los muertos”. La economía neotestamentaria de Dios no tiene nada que ver con el hombre de la vieja creación, sino que se relaciona con el hombre de la nueva creación, por medio de la resurrección de Cristo.
