Con respecto a la interpretación de la palabra vaso aquí, hay dos escuelas: una sostiene que el vaso se refiere al cuerpo del hombre, como en 2 Co. 4:7 la otra, que se refiere a la esposa del hombre, como en 1 P. 3:7. El contexto de este versículo y del siguiente, el cual incluye frases tales como cada uno de vosotros; en santificación y honor, y especialmente la expresión no en pasión de concupiscencia justifica la interpretación de la primera escuela, pero no la de la segunda. Aquí el apóstol consideró el cuerpo del hombre su vaso, así como David lo hizo en 1 S. 21:5. En el mismo asunto tocante al uso del cuerpo, tanto Pablo como David consideraban que el cuerpo del hombre era su vaso. Guardar o preservar el vaso del hombre en santificación y honor, no permitiéndole entregarse a la pasión de la concupiscencia, es lo que salvaguarda de la fornicación.