Mas indica un contraste. En los caps. 8 y 9 el apóstol habló de un modo agradable a los queridos santos de Corinto, animándoles a tener comunión en la ministración para los santos necesitados de Judea. Inmediatamente después de eso, él deseaba explicarse con claridad al vindicar su apostolado, más específicamente su autoridad apostólica, por medio de palabras severas y desagradables. Esto era necesario debido a la situación vaga y confusa causada por los falsos apóstoles judaicos (2 Co. 11:11-15), cuya enseñanza y énfasis en su posición había distraído a los creyentes corintios, apartándolos de las enseñanzas fundamentales de los apóstoles auténticos y especialmente de entender correctamente la posición que Pablo tenía como apóstol.