En 2 Co. 3:12-18 el apóstol describe cómo son constituidos los ministros del nuevo pacto. En este capítulo, desde el v. 1 hasta el v. 6, continuó el tema relatando cómo ellos, los ministros del nuevo pacto, se conducían para llevar a cabo su ministerio; desde el v. 7 hasta el v. 18, él describió la clase de vida que ellos vivían, una vida que los hacía uno con su ministerio. Este capítulo trata varios aspectos de su experiencia, los cuales corresponden a lo tratado en el cap. 3 con respecto al ministerio del nuevo pacto y confirman dicho ministerio:
1) la paz, mencionada en los vs. 8-9, la cual experimentó el apóstol como resultado de la manifestación de la vida en medio de la confusión, corresponde a la justicia como fruto de paz (Jac. 3:18), es decir la expresión adecuada y ordenada de la imagen de Dios, mencionada en 2 Co. 3:9
2) la vida, mencionada en los vs. 10-12, que corresponde al Espíritu mencionado en 2 Co. 3:6, 8, 17-18
3) la renovación, mencionada en el v. 16, que corresponde a la transformación, mencionada en 2 Co. 3:18
4) el eterno peso de gloria, mencionado en el v. 17, que corresponde a los grados de gloria descritos en 2 Co. 3:18.