La expresión “Cristo Jesús como Señor” incluye: a Cristo, quien es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos (Ro. 9:5), a la Palabra eterna, encarnada para ser un hombre (Jn. 1:14), a Jesús crucificado como hombre para ser nuestro Salvador (Hch. 4:10-12) y resucitado para ser el Hijo de Dios (Hch. 13:33), y al Cristo exaltado para ser el Señor (Hch. 2:36), el Señor de todos los hombres (Hch. 10:36; Ro. 10:12; Jn. 20:28; 1 Co. 12:3), quien es la imagen de Dios, el resplandor de la gloria de Dios (He. 1:3). Éste es el contenido mismo del evangelio. Por lo tanto, el evangelio es el evangelio de la gloria de Cristo, la cual ilumina, irradia y resplandece en el corazón del hombre (v. 6). Si el corazón del hombre no está cubierto con ningún velo ni está cegado por Satanás, quien es el dios de este siglo, el hombre puede ver la iluminación del evangelio (v. 4).
