Lit., vivas. Así también en todo el libro. El vaso de barro representa la humanidad de Jesús (cfr. 2 Co. 4:7), y las aguas vivas representan al Espíritu viviente y eterno de Dios (Jn. 7:37-39; Ap. 22:1). Que la avecilla fuese inmolada en una vasija de barro sobre aguas vivas significa que el Señor Jesús, por medio de Su muerte en Su humanidad, se ofreció a Sí mismo a Dios mediante el Espíritu viviente y eterno que estaba en Él (He. 9:14).