La madera de cedro (cfr. 1 R. 4:33) representa la humanidad elevada y honorable de Jesús, que le hace apto para ser nuestro Salvador. El hisopo, una de las plantas más pequeñas, aquí representa que el Señor Jesús estuvo dispuesto a humillarse al hacerse “semejante a los hombres” (Fil. 2:7) para estar cerca al hombre y ser su Salvador (cfr. Mt. 8:2-3). El color escarlata, un rojo oscuro, representa el derramamiento de sangre (Jos. 2:18 y la nota) y también implica realeza (Mt. 27:28-29). Todo esto significa que para lavarnos de nuestra lepra, el Señor se humilló a Sí mismo convirtiéndose en un hombre que se regía por normas elevadas pero era de condición humilde a fin de cumplir la voluntad de Dios y derramar Su sangre en la cruz para nuestra redención, con lo cual fue glorificado en Su resurrección para llegar a ser el Rey honorable y encumbrado (Fil. 2:5-11).
