Dios le dio a Jacob doce hijos de modo que hubiera doce tribus que acamparan alrededor del tabernáculo, tres tribus en cada uno de los cuatro lados (cap. 2). Dios le dio a Leví tres hijos para que acamparan en los tres costados del tabernáculo en medio de los cuatro campamentos (Nm. 2:17): los gersonitas al oeste (v. 23), los coatitas al sur (v. 29) y los hijos de Merari al norte (v. 35). Moisés, Aarón y los hijos de Aarón acamparon al este, delante del tabernáculo (v. 38). Únicamente Dios podía proveer las personas necesarias para tal ordenamiento. Ninguna de estas personas que participaron en tal ordenamiento fue contratada, sino que todas nacieron para ello. Asimismo, la edificación del Cuerpo de Cristo es completamente ajena a la contratación de asalariados; más bien, depende íntegramente de la vida divina impartida a través del nacimiento divino, por lo cual es algo orgánico (Ef. 4:11-16).