Los Profetas Menores se componen de doce libros, de Oseas a Malaquías. Es probable que en tiempos antiguos estos libros fueran considerados como uno solo. “El libro de los profetas” mencionado por Esteban en Hch. 7:42, al citar Am. 5:25-27, podría referirse a este libro colectivo. Estos doce libros completan la revelación divina respecto a la economía de Dios en el trato que Él aplica a Sus elegidos (Israel) y a las naciones, lo cual fue abarcado en detalle en los libros de los Profetas Mayores: Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel. El Señor Jesús se refirió a todos estos libros —los Profetas Mayores y los Profetas Menores— como “los profetas”, en los cuales se escribió de Él (Lc. 24:44). Por tanto, el punto central de todos los escritos de los profetas es Cristo (cfr. Lc. 24:27; Jn. 5:39).
Al igual que los Profetas Mayores, los Profetas Menores revelan que la economía de Dios en Su amorosa disciplina a Israel, en Sus medidas gubernamentales con respecto a Israel y en Su juicio sobre las naciones redunda en la manifestación de Cristo como centralidad y universalidad de la economía de Dios, lo cual trae el reino, la era de la restauración (Mt. 19:28; Hch. 3:21), que introducirá el universo viejo y arruinado en el cielo nuevo y la tierra nueva con la Nueva Jerusalén (Ap. 21:1-2).