Esta palabra indica que Israel estaba en la noche, en tinieblas. Ellos eran un pueblo completamente carente de justicia y equidad. Ellos abandonaron a Dios y fueron malvados los unos con los otros.

Esta palabra indica que Israel estaba en la noche, en tinieblas. Ellos eran un pueblo completamente carente de justicia y equidad. Ellos abandonaron a Dios y fueron malvados los unos con los otros.
La profecía de Oseas contenida en los vs. 14-15 fue plenamente cumplida por Tito y su ejército romano en el año 70 d. C.
El barbecho es la tierra que ha sido arada pero no sembrada. Los hijos de Israel eran tal barbecho. Ellos habían sido arados por Dios, pero la justicia no había sido sembrada en ellos. Ellos tenían que romper el barbecho, esto es, debían buscar a Dios hasta que Cristo viniera a ellos como la justicia y lloviese justicia sobre ellos.
Aquí, sembrar significa buscar a Jehová. Buscar a Jehová rectamente es sembrar rectamente. Por tanto, Oseas exhortó a los hijos de Israel a sembrar para justicia. Si ellos hicieran esto, segarían conforme a la benevolencia amorosa. De lo contrario, si araban maldad, segarían injusticia. Cfr. Gá. 6:7-8.
En referencia a los dos males cometidos por Israel al abandonar a Jehová y volverse a los ídolos (Jer. 2:13 y la nota).
Otros traducen: que en él se regocijaban.
Lit., él.
Véase la nota Os. 4:151a.
Debido a que Israel no temía a Jehová, le era imposible estar en una situación apropiada en la cual hubiese entre ellos la autoridad delegada de Dios (un rey). Esto hace referencia a la posición como cabeza, el liderazgo, que representa a Dios como Su autoridad en medio de Su pueblo.
El fruto de la vid debía haber sido ofrecido a Dios en libación (véase la nota Lv. 23:132a), pero Israel usó las vides a fin de producir fruto para sí mismo y no para Dios. Ellos se hicieron ricos, pero usaron lo que produjeron para edificar altares y hacerse ídolos.