En la cuarta etapa de Su pastoreo, la del disfrute más profundo y elevado del Cristo resucitado, el Señor adereza una mesa, un banquete (Cristo con Sus riquezas para ser disfrutado por nosotros), delante de nosotros en presencia de nuestros adversarios. Si combatimos en la guerra espiritual y derrotamos a los adversarios, obtendremos el rico disfrute del Señor como nuestro banquete en Su mesa (cfr. Gn. 14:17-18).
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