En los vs. 1-8 los salmistas manifestaban su aprecio por la historia de sus antepasados, y en los vs. 9-26 suspiraban a causa de su situación actual. Ambas cosas eran distracciones de su anhelar a Dios y tener sed de Él (Sal. 42:1-2), esto es, de su disfrute de Dios. Véase la nota Sal. 42:41.
