Los vs. 18-19 representan la participación —mediante el Cristo todo-inclusivo como las ofrendas— en el disfrute de Dios tanto en la iglesia local que es la casa, la morada, de Dios, como en la iglesia universal que es la ciudad, el reino, de Dios. Si somos personas que nos arrepentimos, confesamos nuestros pecados y le pedimos a Dios que nos purifique (1 Jn. 1:9), tendremos el disfrute de Dios en Cristo tanto en Su casa, la iglesia local, como en Su ciudad, la iglesia universal. Este disfrute, que es el “bien” aquí mencionado, incluye que Dios edifique la iglesia, la llene de Su gloria y le conceda Su rica presencia dándose Él a ella como su gozo, paz, vida, luz, seguridad y como toda bendición espiritual (cfr. Ef. 1:3).
