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Capítulos de libros «Zacarías»
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  • Las visiones presentadas en los caps. 1—6 sirven principalmente para consolar a los hijos de Israel, mientras que las profecías en los caps. 9—14 sirven principalmente para alentarlos. Tanto el consuelo como el aliento son Cristo (Lc. 2:25 y la nota 2). Los caps. 9—11 hablan de la primera venida de Cristo en forma humilde, mientras que los caps. 12—14 hablan de la segunda venida de Cristo en victoria.

  • La profecía en los vs. 1-7 trata sobre la destrucción de las naciones alrededor de Judá llevada a cabo por Alejandro Magno, rey del Imperio griego (336-323 a. C., incluyendo la influencia ejercida por sus cuatro sucesores hasta el año 44 a. C.), según fue profetizada por Daniel y está representada por el abdomen y los muslos de la gran imagen humana descrita en Dn. 2:32, así como por la tercera bestia en Dn. 7:6, por el macho cabrío en Dn. 8:5 y por el rey poderoso en Dn. 11:3.

  • Is. 23:1-18; Ezequiel 26:1—28:19; Am. 1:9-10

  • Este versículo revela que durante el ataque de Alejandro Magno, el Señor protegió a Jerusalén junto con su templo, el cual es Su casa. Aunque Alejandro, un rey poderoso, causó daño a muchas naciones alrededor de Judá, él no causó mucho daño a Judá ni a Jerusalén, e incluso dejó intacto el templo. Ésta fue una señal de la restauración que sería traída por la venida de Cristo en los vs. 9-10.

  • La profecía en los vs. 9-10 es una inserción parentética, y el v. 11 es la continuación del v. 8. La profecía en el v. 9 revela que Cristo habría de venir de una manera justa trayendo salvación para el pueblo de Dios y que Él vendría en calidad de Rey, pero como un Rey humilde, un Rey que se humilló, el cual no cabalga en un caballo majestuoso, sino en un asno, incluso un pollino hijo de asna. Esto se cumplió la última vez que Jesucristo entró en Jerusalén (Mt. 21:1-11). En ese entonces, el pueblo de Israel, temporalmente, le dio la bienvenida a Cristo.

    La profecía respecto a la venida de Cristo en este versículo así como la profecía respecto al reino milenario en el v. 10 están insertadas entre la primera parte del capítulo, que trata sobre Alejandro Magno, y la última parte del capítulo, que trata sobre Antíoco Epífanes. Todo este libro indica que el Cristo todo-inclusivo, quien es el centro y la circunferencia, la centralidad y la universalidad, del mover que Dios lleva adelante para realizar Su economía sobre la tierra, está íntimamente involucrado con la historia humana y con los grandes imperios humanos, especialmente el imperio de Persia (caps. 1—6) y los imperios de Grecia y Roma (caps. 9—14).

  • La profecía en este versículo se refiere al reino milenario, el cual tendrá lugar en el tiempo de la restauración (Mt. 19:28; Hch. 3:21). En el milenio, Dios hará que cesen las guerras (Is. 2:4) y traerá paz junto con Su reino eterno (Ap. 11:15). Este versículo, que viene inmediatamente después de la profecía respecto a la venida de Cristo en el v. 9, indica que si el pueblo de Israel le hubiera dado la bienvenida a Cristo en Su primera venida, el reino de los cielos habría sido establecido en la tierra y la era de la restauración se habría iniciado entonces. Sin embargo, cuando Cristo vino la primera vez, Él fue bien recibido sólo temporalmente y, a la postre, fue rechazado, detestado al máximo y se le dio muerte al ser crucificado. Como resultado de ello, la restauración fue suspendida y vino un tiempo de juicio sobre los hijos de Israel (Mt. 23:37—24:2), tiempo que ha durado casi veinte siglos. Por tanto, es necesario que Cristo venga una segunda vez; esta vez no vendrá montado sobre un asno, sino que vendrá como un relámpago (Mt. 24:27). Entonces la paz y el reino eterno, como dominio de Dios, estarán sobre la tierra de mar a mar. Ésta es la secuencia de eventos en conformidad con el significado espiritual.

  • Es decir, el Éufrates.

  • La profecía en los vs. 11-17 trata sobre la victoria de los héroes judíos macabeos sobre Antíoco Epífanes, rey de Siria (175-164 a. C.), el reino del norte, según fue profetizado por Daniel en Dn. 8:9-14, 23-25 y Dn. 11:21-35 (véanse las notas allí). Antíoco Epífanes tipificó al anticristo venidero.

  • Es decir, Grecia. Ésta es la clave para entender los vs. 11-17. Los hijos de Grecia (Javán) son Antíoco y los que están con él, y los hijos de Sion son los macabeos. Por tanto, el v. 13 profetiza que en el tiempo de Antíoco Epífanes, Dios habría de despertar a Sus hijos, los hijos de Sion, en contra de los hijos de Grecia.

  • En los vs. 14-15 ellos se refiere a los macabeos, quienes fueron defendidos por Dios.

  • En referencia al 25 de diciembre del año 165 a. C., el día en que los macabeos purificaron el templo después de haber derrotado a Antíoco Epífanes.

  • Estas palabras fueron dichas para congratular a los macabeos por su victoria.

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