Es decir, la Fiesta de las Semanas (Dt. 16:9-12), o la Fiesta de Pentecostés. Esta fiesta tipifica el disfrute de las primicias del Espíritu del Cristo resucitado (Ro. 8:23 y la nota 1). Según la tipología del Antiguo Testamento, las primicias representan al Cristo resucitado (1 Co. 15:20, 23 y la nota 1 Co. 15:202b) ofrecido a Dios el día de Su resurrección (Jn. 20:17), tipificado en Lv. 23:10-11 por las primicias ofrecidas a Dios el día después del Sábado, es decir, el día de la resurrección (Mt. 28:1). El día de Pentecostés era exactamente el quincuagésimo día a partir del día de la resurrección de Cristo. En el día de Pentecostés el Espíritu, la plena consumación del Cristo resucitado, fue derramado sobre la iglesia (Hch. 2:1-4). Esto indica que el Cristo resucitado llegó a ser el Espíritu que se derramó sobre Sus creyentes para su disfrute pleno (1 Co. 15:45; 2 Co. 3:17). Véase la nota Hch. 2:11a y la nota Lv. 23:161a.
