Reunirse con Dios por la mañana no solamente es reunirse con Él a una hora temprana del día, sino también reunirse con Él en una atmósfera llena de luz (cfr. Pr. 4:18). Así como Moisés, debemos acudir a Dios solos, sin ninguna otra persona, asunto o cosa que nos distraiga u ocupe (v. 3; cfr. Mr. 1:35).
