La sección Ap. 10:1-22; 11:1-13 es una inserción entre la sexta trompeta y la séptima.
La sección Ap. 10:1-22; 11:1-13 es una inserción entre la sexta trompeta y la séptima.
Aquí el “otro Ángel fuerte” así como el mencionado en Ap. 7:2; 8:3 y Ap. 18:1, es Cristo. Ahora Él desciende del cielo. Esta visión, la cual forma parte de la inserción encontrada entre la sexta trompeta y la séptima, es un indicio de que antes de la séptima trompeta, Cristo está en camino a la tierra. En esta ocasión Él está vestido de una nube y aún no está sobre la nube, en contraste con Ap. 14:14 y Mt. 24:30; 26:64. Estar sobre la nube significa venir visiblemente, mientras que estar vestido de una nube significa venir secretamente. Esto indica que incluso después de la sexta trompeta, Cristo viene en secreto, y no visiblemente. Él vendrá en secreto hasta que sea visto por todas las tribus de la tierra, como se menciona en Ap. 1:7 y Mt. 24:30, cuando venga visiblemente.
Aquí el arco iris indica que Cristo en Su juicio sobre la tierra guardará el pacto que Dios hizo con Noé tocante a la tierra (Gn. 9:8-17). También indica que Cristo ejecutará el juicio conforme al Dios que se sienta en el trono rodeado por el arco iris (Ap. 4:2-3), el Dios que es fiel y que guarda el pacto.
Al acercarse el tiempo de Su venida que será visible para todos los pueblos de la tierra, Cristo será como el sol, mientras que para los que le aman y le esperan, Él será como la estrella de la mañana, la cual aparece a la hora más oscura, poco antes del alba (véase Ap. 2:28 y la nota 1; 2 P. 1:19 y la nota 4).
Este pequeño rollo abierto es el rollo mencionado en Ap. 5:1 sólo Cristo es digno de abrirlo y Él lo tomó de la mano de Dios (Ap. 5:5, 7). Ahora el rollo está en Su mano. En 5:1 estaba sellado, mientras que aquí está abierto. Por ser solamente una parte del rollo, aquí es llamado “un pequeño rollo”. La parte principal del rollo ya ha sido revelada.
Al poner Cristo Sus pies en el mar y en la tierra, los pisa, lo cual significa que toma posesión de ellos (Dt. 11:24; Jos. 1:3; Sal. 8:6-8). Esto indica que Cristo desciende a tomar posesión de la tierra. Solamente Él es digno de abrir el rollo de la economía de Dios, y únicamente Él reúne los requisitos para poseer la tierra.
Los siete truenos deben ser las últimas palabras de la completa ira de Dios.
Jurar es una práctica del Antiguo Testamento, no del Nuevo Testamento (Mt. 5:34-36).
En el cielo lo más importante son los ángeles.
En la tierra lo más importante es el hombre.
En el mar lo más importante son los demonios.
Lit., espacio de tiempo. Después de la sexta trompeta, ya no habrá más tiempo de tolerancia en el juicio de Dios sobre la tierra. Por lo tanto, la séptima trompeta es el más severo de los juicios de Dios. Representa la consumación de la respuesta de Dios a la oración de los santos mártires en 6:10.
La voz de trompeta de la séptima trompeta durará por un período de varios días.
En las dispensaciones transcurridas desde Adán hasta Moisés y desde Moisés hasta Cristo, todo fue revelado y manifestado, y no había ningún misterio. Pasará lo mismo en la dispensación del reino milenario y en el cielo nuevo y la tierra nueva: todo será revelado y ya no habrá misterio. Sin embargo, en la dispensación transcurrida desde Cristo hasta el reino milenario todo es misterioso. La encarnación de Cristo, que representa el inicio de esta dispensación misteriosa, es un misterio (1 Ti. 3:16). Cristo mismo es un misterio (Col. 2:2), así como la iglesia (Ef. 3:4-6), el reino de los cielos (Mt. 13:11), el evangelio (Ef. 6:19), el hecho de que Cristo more en los creyentes (Col. 1:26-27), y la resurrección y transfiguración de los santos que ocurrirá al final de esta dispensación misteriosa (1 Co. 15:51-52). Todos estos misterios estaban escondidos en los tiempos de las eras (Ro. 16:25; Ef. 3:5; Col. 1:26) y se completarán, acabarán, y se habrán terminado cuando haya sonado la séptima trompeta.
Al tocarse la séptima trompeta, se consumará no sólo el juicio de la ira de Dios sobre la tierra, sino también el misterio de Dios.
O, completará.
El escritor no sólo recibió el rollo, sino que también se lo comió. Comer algo significa recibirlo en nuestro ser. Debemos recibir la revelación divina, especialmente el libro de Apocalipsis, de esta manera. Tanto Jeremías como Ezequiel hicieron esto (Jer. 15:16; Ez. 2:8; 3:1-3).
Cuando recibimos la revelación divina, al comerla es dulce a nuestro paladar, pero se vuelve amarga mientras la digerimos, o sea, al experimentarla.
Se refiere a los ángeles.
La profecía de este libro se compone de dos secciones. La primera abarca desde el primer sello hasta la sexta trompeta (caps. 6—10) y es la parte secreta. La segunda abarca desde la séptima trompeta hasta el cielo nuevo y la tierra nueva (caps. 11—22) y es la parte manifiesta. Juan profetizó en la primera sección. Él tiene que profetizar otra vez, es decir, profetizar en la segunda sección de la profecía de este libro, la sección acerca de la venida de Cristo para poseer la tierra como Su reino (Ap. 11:15). Éste es el contenido del pequeño rollo, la última parte de la economía de Dios.