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Capítulos de libros «Apocalipsis»
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  • O, sentencia, condenación.

  • Aquí gran corresponde a más grande en Mt. 13:32.

  • Aquí la palabra ramera se refiere a la Iglesia Católica Romana apóstata. Una ramera no tiene marido. Esto indica que Dios jamás admitió tener relación alguna con la apóstata Iglesia Romana.

  • Lo que la iglesia apóstata comete no es adulterio, el pecado de una esposa infiel, sino fornicación, el pecado de una ramera. Esto es más pecaminoso que el adulterio. La fornicación de la iglesia apóstata consiste en tener relaciones pecaminosas con los reyes de la tierra para obtener provecho, tal como una ramera comete pecado por ganancia. Lo que ella comete es fornicación espiritual. Los reyes de la tierra cometen fornicación con ella directamente.

  • Aquí el vino representa las herejías de la iglesia apóstata en sus relaciones de fornicación con los gobiernos de la tierra. Estas herejías confunden, tal como lo hace el vino, a los que se involucran en esta religión. Éste es el vino de su fornicación. Es una manera indirecta en la que los moradores de la tierra son embriagados con este vino.

  • Véase la nota Ap. 1:101a.

  • Un desierto es un lugar seco. Esto indica que la iglesia apóstata está en un lugar seco, donde no hay manantiales preparados por Dios. A fin de mostrarle al apóstol Juan que la iglesia apóstata está en un lugar tan desolado, el ángel lo llevó allí.

  • Esta bestia es el Imperio romano y también el anticristo.

  • El color escarlata es rojo oscuro, y el gran dragón es rojo (véase la nota Ap. 12:31a). Esto indica que el anticristo, en cuanto a la apariencia, será uno con Satanás.

  • Casi todos los césares afirmaban ser dioses. Esto era una gran blasfemia contra Dios.

  • El color púrpura significa dignidad y autoridad (Jn. 19:2-3). El color púrpura es una mezcla de azul y rojo; esto representa la mezcla de las cosas celestiales con las terrenales. Ésta es la apariencia de la iglesia apóstata.

  • El escarlata, el rojo oscuro, caracteriza a la Iglesia Romana apóstata. Se encuentra en muchos lugares en el Vaticano; su uso más notorio se puede ver en las vestiduras de los cardenales.

  • El oro, las piedras preciosas y las perlas son los materiales con los cuales la Nueva Jerusalén es edificada (Ap. 21:18-19, 21). Sin embargo, esta mujer, la iglesia apóstata, no está edificada sólidamente con estos artículos preciosos; estos tesoros los usa ella como adornos para exhibirlos, lo cual constituye un engaño destinado a seducir a la gente. Ésta es la falsa apariencia de la ramera.

  • En figura, el oro es la naturaleza divina de Dios. Por tanto, este cáliz de oro indica que en apariencia, la iglesia apóstata sí tiene algo de Dios. Sin embargo, por dentro, su “cáliz de oro” está lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación, lleno de idolatría, prácticas paganas, y cosas satánicas en una relación religiosa herética. Por consiguiente, aunque la Iglesia Católica Romana apóstata tiene ciertas cosas santas, ha añadido muchas cosas malignas e inmundas.

  • O, incluso.

  • Aquí misterio indica que ésta no es la Babilonia material mencionada en el cap. 18, sino la Babilonia religiosa. La Babilonia religiosa, la iglesia apóstata, es verdaderamente misteriosa en lo que es, en lo que practica y en lo que enseña.

  • Puesto que la madre de las rameras es la iglesia apóstata, las rameras, las hijas de la iglesia apóstata, deben de ser todas las diferentes sectas y grupos del cristianismo que sostienen hasta cierto grado las enseñanzas, las prácticas y las tradiciones de la apóstata Iglesia Romana. La vida de iglesia pura no tiene nada maligno que le haya sido transmitido por la iglesia apóstata.

  • Las abominaciones son ídolos (Dt. 7:25-26) de los cuales está llena la apóstata Iglesia Romana.

  • La Iglesia Romana no mata a los santos de manera directa, sino indirectamente por medio del Imperio romano. Ella está ebria de la sangre de los santos y de la sangre de los testigos de Jesús.

  • O, mártires. Los santos son los que han sido separados, santificados, para Dios y que viven una vida santa para Él, incluso hasta la muerte. Los testigos son un testimonio viviente del Señor Jesús y son fieles hasta la muerte. Los testigos de Jesús también son santos; sin embargo, es posible que los santos simplemente lleven una vida separada y santa, sin conformarse a la iglesia apóstata, y tal vez no se atrevan a testificar en contra de la apostasía de la Iglesia Romana de la manera que lo hicieron testigos como Antipas en Ap. 2:13.

  • La bestia, quien es el anticristo, “era” en la persona de César Nerón antes que Juan escribiera este libro. Él “no es” en los tiempos de los escritos de Juan, debido a que Nerón ya había muerto. Al decir que está “para subir del abismo” se da a entender que el espíritu de Nerón ahora está en el abismo y que está a punto de subir de allí para poseer el cuerpo muerto y resucitado del anticristo, como lo indica Ap. 13:3.

  • Esto indica que el anticristo perecerá, como se describe en Ap. 19:20 y Ap. 20:10 es decir, será arrojado al lago de fuego.

  • Lit., rollo.

  • La ciudad de Roma está edificada sobre siete montes. Estos montes son representados por las siete cabezas de la bestia, sobre los cuales se sienta la ramera.

  • Los siete reyes son los siete césares del Imperio romano. Los cinco primeros “han caído”; es decir, murieron, mas no por causas naturales (Jue. 3:25; 2 S. 1:10, 25, 27). Esos cinco eran Julio César, Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón; todos ellos fueron asesinados o se suicidaron antes que Juan escribiera este libro. El sexto, Domiciano, quien también fue asesinado, vivía cuando fue escrito este libro; por consiguiente, dice que él “es”. “El otro”, el séptimo, es el anticristo; él aún no había venido en ese tiempo. Cuando venga, permanecerá por muy poco tiempo y después será muerto y resucitado por el espíritu del quinto, es decir, Nerón, y se convertirá en el octavo.

  • El anticristo será el séptimo césar que ha de venir, pero también es el octavo. Según Ap. 13:3, el anticristo será muerto y resucitado. Al ser reanimado, el espíritu de Nerón (el quinto césar), el cual subirá del abismo (cuando Satanás sea arrojado a la tierra, Ap. 12:10, 13), animará y levantará el cuerpo muerto del séptimo césar, el anticristo, imitando así la resurrección de Cristo. Este césar, compuesto del quinto y del séptimo, es el octavo. Por lo tanto, es “uno de los siete”, pues posee el cuerpo del séptimo y el espíritu del quinto. Por consiguiente, él tendrá mucha habilidad, inteligencia y poder para encantar, engañar y seducir, de manera que captura a los que no creen en Cristo. No es de extrañarse que la gente se asombre al ver tan extraordinaria persona y la siga (v. 8; 13:3).

  • Diez reyes serán levantados en el Imperio romano que resurgirá antes de la gran tribulación. Ellos serán uno con el anticristo en su oposición a Dios y en la persecución al pueblo de Dios, los judíos y los creyentes. Esos diez reyes son comparados con los diez dedos de la gran imagen que Nabucodonosor vio en su sueño (Dn. 2:42). Ellos se someterán, junto con sus reinos, al anticristo (v. 17).

  • U, opinión, sentir.

  • Esto se refiere a la batalla que se menciona en Ap. 19:11-21 es la batalla de Armagedón (Ap. 16:14, 16).

  • Escogidos se menciona después de llamados. Ser llamado es ser salvo, mientras que ser escogido es ser aprobado por el Señor en virtud de una vida vencedora. Hoy en día muchos son los llamados, pero en el futuro pocos serán los escogidos (Mt. 22:14).

  • La señal de la ramera sentada sobre las aguas, que son pueblos, multitudes, naciones y lenguas, se cumple por el hecho histórico de que la Iglesia Romana apóstata dominaba a los pueblos y naciones de todo el mundo.

  • Los diez cuernos y la bestia aborrecerán a la ramera y la dejarán desolada, lo cual significa que el anticristo y los diez reyes perseguirán a la apóstata Iglesia Romana. Esto ocurrirá al comienzo de la gran tribulación. (Véase la nota Ap. 14:81). La dejarán “desolada y desnuda”, lo cual significa que la destruirán, la despojarán de sus riquezas y la pondrán al descubierto; además, “devorarán sus carnes”, lo cual significa que matarán a sus miembros; y “la quemarán con fuego”, lo cual significa que la aniquilarán completamente. Esto también indica que Babilonia la Grande, en este capítulo, es la Babilonia religiosa.

  • Procede de Dios que el anticristo y sus diez reyes destruyan a la Iglesia Romana apóstata. Esta clase de destrucción no debe ser considerada como un martirio, sino como el juicio vengador de Dios.

  • Véase la nota Ap. 17:131a.

  • La ramera mencionada en el v. 16 denota la Babilonia religiosa, la cual representa la Iglesia Romana, pero aquí la mujer denota la Babilonia material, la cual representa la ciudad de Roma. Esta ciudad es llamada “la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra”. Cuando Juan escribió este libro, Roma era la ciudad que reinaba sobre los reyes de la tierra. El anticristo y sus diez reyes aborrecerán a la ramera, la Iglesia Romana, no a la mujer, la ciudad de Roma, donde ellos establecerán su administración.

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