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Capítulos de libros «Apocalipsis»
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  • La primera sección de este libro, compuesta de los primeros once capítulos, abarca todas las cosas que ocurren desde la ascensión de Cristo hasta la eternidad. La segunda sección, compuesta de los últimos once capítulos, proporciona detalles de los asuntos importantes y cruciales que ocurren durante los últimos tres años y medio de la era presente, un período que constituye la gran tribulación, hasta la era eterna del cielo nuevo y la tierra nueva. El primer asunto importante y crucial revelado en esta sección es la mujer que da a luz un hijo varón.

    Esta mujer está “vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas”. En Gn. 37:9, José vio en su sueño el sol, la luna y once estrellas, que representaban a su padre, a su madre y a sus once hermanos. En aquel sueño el sol, la luna y las once estrellas, y José mismo, representaban la totalidad del pueblo de Dios en la tierra. Basándonos en el principio establecido por ese sueño, en este pasaje el sol, la luna y las doce estrellas deben de representar la totalidad del pueblo de Dios en la tierra, el cual es simbolizado aquí por una mujer, cuyo ser en su mayor parte está revestido del sol. El sol representa el pueblo de Dios en la era del Nuevo Testamento. La era previa a la venida de Cristo al mundo constituyó la noche oscura de la era del Antiguo Testamento. Cuando Cristo como el sol naciente vino desde lo alto (Lc. 1:78), llegó la era del sol. Antes de eso, transcurría la era de la luna, la cual representa el pueblo de Dios en los tiempos del Antiguo Testamento. La luna está debajo de los pies de la mujer, porque la era de la luna equivalía a la de la ley, la cual no debía ser exaltada como lo son las estrellas. Las estrellas, que representan los patriarcas, esto es, el pueblo de Dios antes que la ley fuese dada, forman una corona sobre la cabeza de la mujer. Todos aquellos que conforman el pueblo de Dios en estas tres eras constituyen esta mujer y son portadores de luz. Por tanto, ella es la mujer que brilla y resplandece por todas las generaciones.

  • El niño que iba a tener, por ser un hijo varón (v. 5), representa la parte más fuerte del pueblo de Dios. A través de todas las generaciones ha habido entre el pueblo de Dios algunos más fuertes que otros. La Biblia los considera una unidad colectiva que pelea la batalla por Dios y trae el reino de Dios a la tierra.

  • Aquí clamar es orar.

  • Con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento significa que por todas las generaciones el pueblo de Dios ha sufrido dolores de parto (Is. 26:17-18; Jer. 6:24; 13:21; 30:6; Mi. 4:9-10; 5:3; Gá. 4:19) para dar a luz al hijo varón que peleará por el reino de Dios.

  • El dragón representa a Satanás (v. 9). En Gn. 3 Satanás era una serpiente, una criatura pequeña y astuta. Aquí se ha convertido en un dragón, cruel y mucho más grande que una serpiente. Por consiguiente, es llamado “un gran dragón escarlata”. Aquí el color escarlata simboliza el derramamiento de sangre causado por los homicidios de Satanás (Jn. 8:44).

  • Las siete cabezas y los diez cuernos son los de la bestia, el anticristo (Ap. 13:1). Esto indica que el dragón y la bestia son uno, y muestra que el anticristo es la corporificación de Satanás.

  • Las siete diademas representan la gloria de los siete reinados extraordinarios de los césares. Debido a que estos siete césares eran uno con Satanás, cada uno de ellos se creía divino, afirmaba ser Dios y obligaba a la gente a adorarle como a Dios.

  • Aquí las estrellas del cielo representan a los ángeles (Job 38:7; Is. 14:12). La tercera parte de las estrellas del cielo se debe referir a los ángeles caídos, quienes se unieron a Satanás en su rebelión contra Dios. Todos ellos serán arrastrados por Satanás y como ángeles suyos serán arrojados a la tierra junto con él (v. 9). Por lo tanto, en ese entonces la tierra se llenará de estos ángeles caídos, quienes dañarán la morada de los que se rebelan contra Dios. La tierra se convertirá así en un lugar espantoso.

  • El dragón se paró frente a la mujer, lo cual significa que Satanás siempre se opone al pueblo de Dios. Desde los tiempos de Gn. 3:15 hasta el presente, Satanás, la serpiente antigua, ha peleado continuamente contra la mujer con la intención de devorar a su hijo.

  • Implica resurrección, como en Hch. 13:33-34. El hijo varón está compuesto de los santos vencedores que han muerto y resucitado. Esto queda demostrado por el uso de la expresión hasta la muerte en el v. 11.

  • En la Biblia la mujer representa la parte más débil, y el hombre representa la parte más fuerte (1 P. 3:7). Por lo tanto, aquí el hijo varón representa la parte más fuerte del pueblo de Dios. El hijo varón pastoreará con vara de hierro a todas las naciones, lo cual indica que el hijo varón está compuesto de los vencedores, como lo menciona Ap. 2:26-27.

  • Véase la nota 1 Ts. 4:171a. El arrebatamiento del hijo varón difiere del arrebatamiento de la mayoría de los creyentes, mencionado en 1 Ts. 4:17, en el cual la mayoría de los creyentes son arrebatados
    1) al aire,
    2) cuando suena la trompeta final (1 Co. 15:52; 1 Ts. 4:16), que es la séptima trompeta (Ap. 11:15).
    Aquí, en cambio, el hijo varón es arrebatado
    1) al trono de Dios,
    2) antes de los mil doscientos sesenta días, que es el tiempo de la gran tribulación de tres años y medio (cuarenta y dos meses, v. 14; 13:5; 11:2) a partir del sexto sello, antes de la quinta trompeta (Ap. 9:1).

  • Después del arrebatamiento del hijo varón, la mujer es dejada sobre la tierra para sufrir persecución (v. 13). Durante la gran tribulación, Dios preparará un lugar donde ella podrá ser sustentada por mil doscientos sesenta días antes que Él introduzca a Su pueblo en el reino milenario. (Esto es similar al caso en que Faraón persiguió a los hijos de Israel, y Dios los llevó al desierto, donde los sustentó antes de introducirlos en la buena tierra). La mujer (la mayoría de los creyentes, los que hayan quedado) es preservada y sustentada por Dios mil doscientos sesenta días durante la gran tribulación, lo cual es prueba convincente de que su arrebatamiento ocurrirá en el último día de los tres años y medio de la gran tribulación, es decir, en el último de los mil doscientos sesenta días.

  • Inmediatamente después que el hijo varón es arrebatado al cielo, Miguel y sus ángeles empiezan a hacer guerra contra Satanás, lo cual indica que el hijo varón, la parte más fuerte del pueblo de Dios, está siempre en guerra contra Satanás, el enemigo de Dios. Los fuertes del pueblo de Dios han luchado contra Satanás continuamente en la tierra. El cielo está esperando que ellos lleguen a fin de entablar una guerra para arrojar del cielo a Satanás.

  • La Biblia revela los nombres de dos ángeles: Miguel y Gabriel. Gabriel es un mensajero que trae noticias al pueblo de Dios (Dn. 8:16; 9:21-22; Lc. 1:19, 26), mientras que Miguel es un guerrero que contiende a favor del pueblo de Dios (Dn. 10:13, 21; 11:1; 12:1; Jud. 1:9).

  • Estos ángeles deben de ser los ángeles caídos, quienes siguen a Satanás en su rebelión contra Dios (Mt. 25:41). Véase la nota Ap. 12:41a.

  • Satanás, el enemigo de Dios, fue juzgado por el Señor Jesús en la cruz (Jn. 12:31; 16:11). Después de eso, el Señor necesita a los creyentes vencedores para poder llevar a cabo ese juicio y ejecutar esa sentencia. La guerra que los creyentes vencedores libran contra Satanás es de hecho la ejecución del juicio que el Señor efectuó sobre Satanás. Con el tiempo, por la lucha de los vencedores, Satanás será arrojado del cielo. Véase la nota Ap. 9:11a.

  • En el tiempo de Ap. 12, Satanás se ha envejecido; por lo tanto, viene a ser la serpiente antigua.

  • Véase la nota Ap. 2:101c.

  • La palabra Satanás significa adversario. Satanás no sólo es enemigo de Dios fuera del reino de Dios, sino también Su adversario dentro del reino de Dios rebelándose contra Él.

  • Los creyentes vencedores guerrean contra Satanás para hacer venir el reino de Dios. El Señor nos enseñó a orar por la venida del reino (Mt. 6:10). Además de orar debemos pelear por la venida del reino. La venida del reino tiene dos aspectos: su realidad (Mt. 5:3), la cual se encuentra en la vida de iglesia apropiada actual (Ro. 14:17), y su manifestación en el milenio, la cual vendrá por medio de los creyentes vencedores.

    Cuando se manifieste el reino, la salvación de Dios vendrá en plenitud con el reino. La salvación de Dios ya nos ha sido manifestada hoy en día, pero vendrá en plenitud en la era del reino. Lo mismo ocurre con el poder de Dios y la autoridad de Su Cristo. Al presente, hemos participado del poder de Dios y de la autoridad de Cristo, pero los disfrutaremos en plenitud en la era del reino.

  • El acusador es el diablo, quien acusó a Job (Job 1:9; 2:4-5) y a Josué (Zac. 3:1-2) y quien ahora acusa día y noche a los creyentes delante de Dios.

  • Se refiere a los creyentes vencedores, quienes constituyen el hijo varón mencionado en el v. 5. Ellos han sido estorbados y calumniados por el enemigo de Dios, por Satanás, a quien vencieron.

  • La sangre del Cordero, la cual nos redime, es la respuesta ante Dios a todas las acusaciones que el diablo tiene contra nosotros y nos da la victoria sobre él. Tenemos que aplicar esta sangre cada vez que el diablo nos acuse.

  • La palabra del testimonio de ellos es la palabra que expresan como testimonio de que el diablo ha sido juzgado por el Señor. Siempre que sintamos la acusación del diablo, debemos testificar verbalmente cómo el Señor ya le destruyó; debemos declarar con palabras audibles la victoria que el Señor ha obtenido sobre el diablo.

  • Debido a la caída de Adán, Satanás se unió a la vida del alma humana, al yo del hombre (Mt. 16:23-24). Por consiguiente, para poder vencer a Satanás, no debemos amar la vida del alma; debemos aborrecerla y negarnos a ella (Lc. 14:26; 9:23).

  • Las palabras hasta la muerte indican martirio. Los creyentes vencedores, quienes constituyen el hijo varón, no amaron la vida de su alma hasta la muerte.

  • Lit., fijáis tabernáculo.

  • La ira del dragón se debe a que fue arrojado a la tierra y quedó limitado a permanecer allí, perdiendo así el territorio que tenía en los cielos y en los aires.

  • Este poco tiempo abarcará los tres años y medio de la gran tribulación (v. 14; 13:5; 11:2).

  • Satanás, el dragón iracundo, concentrará su furor contra el pueblo de Dios.

  • La gran águila representa a Dios, y las dos alas simbolizan Su fuerza para rescatar (Éx. 19:4; Dt. 32:11-12). Así como Él libró a los hijos de Israel de la persecución de Faraón, así librará a Su pueblo de la persecución de Satanás en la gran tribulación.

  • Un tiempo, y tiempos, y la mitad denota tres años y medio, es decir, mil doscientos sesenta días.

  • Aquí el agua representa los ejércitos (véanse las referencias al margen) que Satanás enviará para destruir al pueblo de Dios.

  • La tierra se abrirá, tal como en Nm. 16:31-33 , y se tragará a los ejércitos enviados por Satanás.

  • El resto de la descendencia de ella se refiere a aquellos del pueblo de Dios que no forman parte del hijo varón, los cuales constituyen la parte más débil de la mujer. Entre ellos están los judíos, quienes guardan los mandamientos de Dios, y los creyentes, quienes tienen el testimonio de Jesús. Ambos pasarán por la gran tribulación y sufrirán la persecución y el ataque del dragón.

  • Se refiere al dragón.

  • Este mar es el mismo de Ap. 13:1, el mar Mediterráneo. Aquí la arena del mar debe de ser la playa de la Tierra Santa, donde está la nación de Israel. El dragón se pondrá de pie sobre la arena del mar, y la ciudad santa: Jerusalén, será hollada por cuarenta y dos meses (Ap. 11:2); esto indica que la persecución de Satanás durante la gran tribulación será llevada a cabo principalmente en la tierra de Israel.

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