Después del arrebatamiento de la mayoría de los santos (Ap. 14:16; 1 Ts. 4:15-17) y del juicio en el tribunal de Cristo para la entrega del galardón (Ap. 11:18; 2 Co. 5:10), los eventos que siguen inmediatamente deben de ser las bodas del Cordero y la destrucción del anticristo y de Babilonia la Grande (Ap. 19:19-21; 18:1-24: 19:1-4), lo cual trae el reinado de Dios, el reino de Dios (v. 6). Por esta razón, la gran multitud de los salvos se regocija y alaba con aleluyas (vs. 1, 3, 6), y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se unen a ellos en su alabanza a Dios (v. 4).
El reinado de Dios, el reino, está relacionado con las bodas del Cordero, y las bodas del Cordero son el resultado de la compleción de la economía neotestamentaria de Dios. La economía de Dios en el Nuevo Testamento consiste en obtener una novia, la iglesia, para Cristo por medio de la obra redentora y la vida divina de Cristo. Mediante la obra continua del Espíritu Santo a lo largo de los siglos, esta meta será obtenida al final de esta era. Entonces la novia, los creyentes vencedores, estará lista, y el reino de Dios vendrá. Esto corresponde a la profecía del Señor en Mt. 26:29.