Babilonia la Grande, en sus dos aspectos, el religioso y el material. Véase la nota Ap. 18:41a.
Lit., de la mano de ella.
El “aleluya” de los vs. 1, 3 es la alabanza de la gran multitud de los santos. Aquí los veinticuatro ancianos angélicos y los cuatro seres vivientes dicen “amén” a la alabanza de los santos, y luego, al igual que los santos, alaban diciendo: “¡Aleluya!”. Así que, en conjunto ésta es la alabanza de los santos, los ángeles y todos los seres vivos; es la alabanza que ellos ofrecen al Dios Triuno desde el pasado, en el presente y por la eternidad.
Como el estruendo de muchas aguas, la alabanza de la gran multitud de santos es ofrecida continuamente, y como el estruendo de grandes truenos, expresa solemnidad.
Después del arrebatamiento de la mayoría de los santos (Ap. 14:16; 1 Ts. 4:15-17) y del juicio en el tribunal de Cristo para la entrega del galardón (Ap. 11:18; 2 Co. 5:10), los eventos que siguen inmediatamente deben de ser las bodas del Cordero y la destrucción del anticristo y de Babilonia la Grande (Ap. 19:19-21; 18:1-24: 19:1-4), lo cual trae el reinado de Dios, el reino de Dios (v. 6). Por esta razón, la gran multitud de los salvos se regocija y alaba con aleluyas (vs. 1, 3, 6), y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se unen a ellos en su alabanza a Dios (v. 4).
El reinado de Dios, el reino, está relacionado con las bodas del Cordero, y las bodas del Cordero son el resultado de la compleción de la economía neotestamentaria de Dios. La economía de Dios en el Nuevo Testamento consiste en obtener una novia, la iglesia, para Cristo por medio de la obra redentora y la vida divina de Cristo. Mediante la obra continua del Espíritu Santo a lo largo de los siglos, esta meta será obtenida al final de esta era. Entonces la novia, los creyentes vencedores, estará lista, y el reino de Dios vendrá. Esto corresponde a la profecía del Señor en Mt. 26:29.
Su esposa se refiere a la iglesia (Ef. 5:24-25, 31-32), la novia de Cristo (Jn. 3:29). Sin embargo, según los vs. 8-9, durante el milenio la esposa, la novia de Cristo, está formada solamente por los creyentes vencedores, mientras que en 21:2, después del milenio y por la eternidad, la novia, la esposa, está formada por todos los santos que fueron salvos. La preparación de la novia depende de la madurez en vida de los vencedores. Además, los vencedores no son individuos separados, sino una novia corporativa. Para este aspecto, se necesita la edificación. Los vencedores no solamente son maduros en vida, sino que también son edificados para formar una sola novia.
O, puro. Limpio se refiere a la naturaleza, mientras que resplandeciente se refiere a la expresión.
Aquí las acciones justas no son la justicia (es decir, Cristo) que recibimos para ser salvos (1 Co. 1:30). La justicia que recibimos para ser salvos es objetiva y nos da la capacidad de cumplir los requisitos del Dios justo, mientras que aquí las acciones justas de los santos vencedores son subjetivas (Fil. 3:9) y los hace aptos para que cumplan los requisitos del Cristo vencedor. En Sal. 45:13-14 la reina tiene dos vestidos: uno corresponde a la justicia objetiva, la cual es para nuestra salvación, y el otro a la justicia subjetiva, o sea, las acciones justas, para nuestra victoria. El segundo vestido corresponde al vestido de bodas mencionado en Mt. 22:11-12.
La comida principal, regularmente tomada por la noche.
Aquí la cena de las bodas del Cordero es la fiesta de bodas mencionada en Mt. 22:2. Será una recompensa para los creyentes vencedores. Solamente los vencedores serán invitados; no todos los salvos tendrán parte en ella. Las cinco vírgenes insensatas mencionadas en Mt. 25:8-13 se perderán esta cena. Sin embargo, después de ser disciplinadas por el Señor en la era del reino, tendrán parte en la Nueva Jerusalén por la eternidad. Por tanto, ser invitado a la cena de las bodas de Cristo, por la cual los creyentes vencedores son introducidos al deleite del milenio, es una bienaventuranza. Los creyentes vencedores, quienes serán invitados a la cena de las bodas del Cordero, también serán la novia del Cordero.
Aquí pastorear significa regir; la vara de hierro simboliza gran poder. Primero, Cristo herirá con Su palabra de juicio a las naciones; luego pastoreará, con Su gran poder, a los que queden. Su gobierno con gran poder es Su pastoreo. Él regirá a las naciones al pastorearlas.
Véase la nota Ap. 14:191a.
La vestidura de Cristo simboliza Sus atributos, Su carácter, especialmente Su justicia en Su humanidad, mientras que Su muslo representa Su fuerza para mantenerse firme, Su estabilidad. El título Rey de reyes y Señor de señores se exhibe en Su justicia y Su estabilidad.
La espada que sale de la boca de Cristo, quien es la Palabra de Dios, es la palabra que juzgará a los rebeldes (Jn. 12:48).
Las vestiduras de los creyentes vencedores los hacen aptos para asistir a la cena de las bodas del Cordero (vs. 8-9) y para combatir junto con el Señor contra Su enemigo.
La Palabra de Dios es la definición, explicación y expresión de Dios. En calidad de la Palabra de Dios, Cristo imparte vida como gracia a los escogidos de Dios, en el Evangelio de Juan (Jn. 1:1, 4, 14), pero en el Apocalipsis, también escrito por Juan, Cristo como Palabra de Dios ejecuta el juicio de Dios sobre los rebeldes.
La ropa está teñida en sangre porque Cristo ha pisado el lagar del ardor de la ira de Dios (v. 15; Is. 63:1-3) en Armagedón (Ap. 16:14, 16), donde la sangre llegará hasta los frenos de los caballos (Ap. 14:20).
Indica que existen ciertos aspectos de Cristo que no hemos experimentado y que sólo Él conoce. También denota que el Cristo a quien hemos experimentado es inagotable.
Cristo tiene muchas diademas, puesto que ha sido coronado con muchas glorias (He. 2:9; 1 P. 1:11 y la nota 6). Cada gloria es una diadema. Estas coronas de gloria son el resultado de lo que Cristo ha logrado. En los gloriosos resultados de Sus logros, Él peleará por Dios y destruirá a todos los que se rebelen contra Dios, y los dejará avergonzados por la eternidad.
Los ojos de Cristo, que son como llama de fuego, ejecutan Su juicio.
Cristo es fiel y verdadero tanto para con Dios como para con Sus creyentes, y es justo con respecto a los que se oponen y se rebelan contra Dios. En justicia, Él derrotará al anticristo y juzgará a los rebeldes que siguen a éste.
Cristo es fiel tanto a Dios como a los que creen en Él. En Su fidelidad, Él derrota y destruye a los que se oponen a Dios y persiguen a los creyentes. También es verdadero en el cumplimiento de la economía de Dios y en el cuidado de los que creen en Él.
Después de la cena de bodas, Cristo, como General combatiente, vendrá con Su novia (los creyentes vencedores invitados a la cena de bodas) como Su ejército, a fin de combatir contra el anticristo y los reyes que le sigan, con sus ejércitos, en Armagedón.
El espíritu de la profecía es la realidad, la sustancia, la naturaleza y la característica de la profecía. Así que, el testimonio de Jesús es la realidad, la sustancia, la naturaleza y la característica de la profecía de este libro.
La gran cena de Dios está en contraste con la cena de las bodas del Cordero. De ésta sólo participan los vencedores llamados; la primera es para las aves a las que se hace esta invitación.
Lit., capitanes sobre mil hombres.
Los reyes de la tierra (Ap. 16:12-14) incluyen especialmente a los diez reyes que están sujetos al anticristo (Ap. 17:12-14).
Los ejércitos incluyen a los doscientos millones de jinetes procedentes de donde sale el sol (Ap. 9:14-16; 16:12).
Esta batalla se librará en Armagedón (Ap. 16:14, 16), en el valle de Josafat (Jl. 3:9-16; Zac. 14:2-3, 12-15), muy cerca de Jerusalén. Allí será pisado el gran lagar de la ira de Dios (véase Ap. 14:17-20 y la nota Ap. 14:191a).
El anticristo y el falso profeta serán los primeros en ser echados al lago de fuego (cfr. Ap. 20:10, 15). A diferencia de los otros que perecen, ellos serán lanzados vivos al lago de fuego, sin pasar por la muerte y la resurrección.
En este punto podemos ver que una vez que sea tocada la séptima trompeta, en el mismo día, el último día de la gran tribulación, ocurrirán los eventos siguientes:
1) el reino sobre el mundo pasará a Cristo;
2) los santos que hayan muerto serán resucitados y, junto con los santos que estén vivos, serán arrebatados;
3) los dos testigos serán resucitados y arrebatados;
4) Cristo ejecutará el juicio en Su tribunal para recompensar a los vencedores;
5) se celebrarán las bodas del Cordero y de los vencedores;
6) Cristo y los vencedores con los cuales se acaba de casar, vendrán a la tierra para derrotar al anticristo y destruir en la batalla de Armagedón a los que destruyen la tierra, y arrojar al anticristo y al falso profeta en el lago de fuego;
7) mediante la batalla de Armagedón, Cristo rescatará a Israel del asedio del anticristo, y toda la casa de Israel se arrepentirá y será salva;
8) la Babilonia material será destruida
9) al mismo tiempo las siete copas serán derramadas. La batalla de Armagedón ocurrirá en el tiempo de la sexta copa.
Las varias plagas de las siete copas serán ejecutadas por Dios en el mismo día, quizás al mismo momento que los pocos eventos positivos mencionados.
