Puede ser que la interpretación hecha de su sueño en Dn. 2:37-38 haya influido en Nabucodonosor de modo que erigiera esta imagen.
Puede ser que la interpretación hecha de su sueño en Dn. 2:37-38 haya influido en Nabucodonosor de modo que erigiera esta imagen.
Puesto que Daniel no es mencionado en todo este capítulo, es probable que él se mantuviera alejado de la dedicación de la imagen a fin de orar por la victoria de Dios en esta situación.
Algunos manuscritos omiten: la gaita.
Esta cuarta persona era el Cristo excelente como Hijo del Hombre, quien había venido para acompañar a Sus tres vencedores que padecían tribulación y persecución y para convertir el fuego en un lugar placentero donde se podía pasear. Los tres vencedores no tuvieron que pedirle a Dios que los librase del horno (cfr. v. 17). Cristo, el Hijo del Hombre —Aquel que es apto y capaz de mostrar conmiseración por el pueblo de Dios en todo (He. 4:15) — vino a ser su Compañero y cuidar de ellos en medio de sus sufrimientos, pues por medio de Su presencia convirtió su lugar de sufrimientos en un entorno placentero.
Los tres jóvenes vencedores no solamente hicieron nulas las palabras del rey, sino que mudaron la naturaleza de las mismas y no tuvieron temor de entregar sus cuerpos a la muerte. Por tanto, ellos obtuvieron la victoria sobre la seducción de la idolatría. Debido a la victoria de ellos, Dios pudo jactarse ante Satanás de que incluso en el territorio de Su enemigo Él contaba con un pueblo que le adoraba.