Los esponsales de Cristo y Su vida matrimonial abarcan la era de la iglesia, la era del reino y la era de la eternidad. Los esponsales de Cristo comenzaron en el tiempo de la encarnación, cuando la encarnación —como Su madre— le coronó con Su humanidad, y continúa a lo largo de la era de la iglesia, una era de guerra (vs. 7-8), en la cual todos Sus creyentes se desposan con Él como vírgenes (2 Co. 11:2). Después de la era de la iglesia, en la era del reino, la esposa regenerada y transformada de Cristo, compuesta por los creyentes vencedores, llega a ser el palanquín de Cristo para Su celebración triunfante (vs. 9-10). La celebración de la victoria de Cristo es Su día de bodas que dura mil años (Ap. 19:7-8). Su vida matrimonial, después de Su boda, será la Nueva Jerusalén en el cielo nuevo y la tierra nueva por la eternidad (Ap. 21:9-10).
La unión de la litera con el que duerme en ella (vs. 7-8), la unión del palanquín con el que se transporta en él (vs. 9-10) y la unión de la novia con su novio (v. 11) representan, todos ellos, la completa unión de la amada con Cristo, quien ha hecho de ella la nueva creación de Dios en la resurrección de Cristo (2 Co. 5:17). La litera en la noche, el palanquín en el día y la vida matrimonial en las eras venideras se refieren, todos ellos, a la que ama a Cristo: la Sulamita (Cnt. 6:13 y la nota 1). Al final, la Nueva Jerusalén será la Sulamita corporativa, en la cual estarán incluidos todos los elegidos y redimidos por Dios (Ap. 21:9-10, 12, 14).