Al manifestar la impresión que ella tiene de su Amado, dando a conocer su aprecio por Él mediante muchas expresiones detalladas y excelentes, la que ama a Cristo afirma que Él es puro, pero lleno de vida y poder (resplandecientemente blanco pero rubicundo), y que Él es distinguido como estandarte alzado (véase la nota Cnt. 5:102) en contra del enemigo (Is. 59:19) y que atrae a los pecadores (Jn. 12:32).
