Esto tipifica a uno que ha perdido su visión interior, uno que ha sido cegado espiritualmente (Hch. 26:18; 2 P. 1:9).
Esto tipifica a uno que ha perdido su visión interior, uno que ha sido cegado espiritualmente (Hch. 26:18; 2 P. 1:9).
La humanidad del Salvador-Esclavo se expresó aquí en Su cuidado íntimo y tierno para con el necesitado. Véase la nota Mr. 9:361.
Esto parece indicar que el Salvador-Esclavo no quería que la muchedumbre viera ni supiera lo que Él iba a hacer por este ciego, puesto que además le dijo que no entrara en la aldea (v. 26). Espiritualmente, puede indicar que el Salvador-Esclavo quería que el ciego pasara un tiempo en privado y en intimidad con Él para poder infundirle el elemento con el cual recobraría la vista. Todos los que son ciegos espiritualmente necesitan pasar un tiempo así con el Salvador-Esclavo.
Algunos mss. dicen: con respecto a que no tenían pan.
Véase la nota Mt. 13:331b. La levadura de los fariseos era su hipocresía (Lc. 12:1); la levadura de Herodes era su corrupción e injusticia en la política (véase la nota Mr. 6:271b).
Lit., si se diera una señal. Un modismo hebreo como el que se encuentra en He. 3:11.
Esto también es una virtud del Señor en Su humanidad, y muestra Sus sentimientos para con el hombre.
Una señal es un milagro que tiene algún significado espiritual.
Véase la nota Mr. 2:61. Así también en el v. 15.
Con respecto a los vs. 11-21, véanse las notas de Mt. 16:1-12.
Dalmanuta era probablemente una aldea en la región de Magadán (Mt. 15:39). Probablemente era un lugar al occidente del mar de Galilea.
Algunos mss. dicen: los que comieron eran.
Véase la nota Mr. 6:431.
Véase la nota Mr. 8:21.
Aquí se muestran las virtudes del Salvador-Esclavo —compasión, conmiseración y tierna solicitud— de una manera vívida y agradable en Su humanidad.
Con respecto a los vs. 1-10, véanse las notas de Mt. 15:32-39.
La ceguera está relacionada con la oscuridad (Hch. 26:18). Para ver se necesita la luz. La saliva del Salvador-Esclavo puede representar la palabra que procede de Su boca (véase la nota Jn. 9:61), una palabra que transmite la luz divina de la vida divina a aquel que la recibe para así recobrar su vista. La saliva del Salvador-Esclavo, acompañada de Su imposición de manos, era mucho más rica que Su simple toque, el cual había sido solicitado por los que ayudaban al ciego.
Indica que el Salvador-Esclavo se identificó con el ciego para infundirle Su elemento sanador.
Éste podría ser un ejemplo del desarrollo de la visión espiritual de una persona. En la etapa inicial de su recuperación espiritual, tal vez la persona vea las cosas espirituales de la misma manera que este ciego, quien veía a los hombres como si fueran árboles que andaban. Después de recuperarse más, él lo ve todo claramente.
Véase la nota Mr. 1:311.
Durante todo el ministerio del Salvador-Esclavo, el Esclavo de Dios, Él no quiso publicidad. Véase la nota Mr. 1:441. Evitar la publicidad era una de Sus virtudes. Tal virtud era agradable y hermosa.
Algunos mss. añaden: ni lo digas a nadie en la aldea.
Con respecto a los vs. 27-29, véanse las notas de Mt. 16:13-16.
El Salvador-Esclavo no quería promocionarse a Sí mismo.
Con respecto a Mr. 8:31-38; 9:1, véanse las notas de Mt. 16:21-28.