Dios hizo Su pacto con Abraham mediante el Cristo crucificado y resucitado. Los tres tipos de ganado ofrecidos en sacrificio representan a Cristo en Su humanidad que es crucificado por nosotros, y las dos clases de aves vivas representan a Cristo en Su divinidad como Aquel que vive y ha resucitado (Jn. 11:25; Ap. 1:18). Cristo fue muerto en Su humanidad, pero Él vive en Su divinidad (Jn. 14:19; 1 P. 3:18 y la nota 3).
La novilla era para la ofrenda de paz (Lv. 3:1), la cabra para la ofrenda por el pecado (Lv. 4:28; 5:6), y el carnero para el holocausto (Lv. 1:10). Que todos tuvieran tres años de edad significa que Cristo fue ofrecido a Dios y fue crucificado en resurrección (Jn. 2:19; 11:25; He. 9:14).
En tipología, la tórtola representa una vida de sufrimiento, mientras que el palomino representa una vida que cree, una vida de fe. Éstas son las dos características de la vida del Señor en la tierra. Puesto que el número dos significa testimonio (Mt. 18:16; 2 Co. 13:1), las dos aves vivas dan testimonio de Cristo como Aquel que resucitó y vive en nosotros y para nosotros (Jn. 14:19-20; Gá. 2:20).
El número cinco significa responsabilidad (véase la nota Mt. 25:21a). Por tanto, que hubiera tres tipos de ganado y dos clases de aves —un total de cinco— significa que Cristo como Aquel que fue crucificado y ahora vive es quien lleva toda la responsabilidad de cumplir el propósito eterno de Dios.