En cuanto a los vs. 1-13 en este capítulo, véanse las notas de Gá. 4:22-31.
En cuanto a los vs. 1-13 en este capítulo, véanse las notas de Gá. 4:22-31.
Véase la nota Gn. 18:141b.
La meta de Dios en Su economía es producir a Cristo como la descendencia con miras al cumplimiento de Su propósito eterno (Gn. 3:15; 12:7; 22:18; Gá. 3:16; 2 S. 7:12-14a). El nacimiento de Isaac representa el hecho de que Cristo, la descendencia prometida, es producido mediante la obra de gracia realizada por Dios en el tiempo señalado por Él. El requisito previo para esto es que nuestra vida y fuerza naturales sean aniquiladas mediante la circuncisión espiritual (Gn. 17:10-16).
Que significa él ríe.
Véase la nota Gn. 17:101a.
Véase la nota Gn. 17:121.
El crecimiento de Isaac representa el crecimiento de Cristo en los creyentes neotestamentarios después de haber nacido Él en ellos. El crecimiento de Cristo en nosotros es necesario para que Cristo sea formado en nosotros (Gá. 4:19 y la nota 4).
Véase la nota Gá. 4:292 y la nota Gá. 3:173.
Que Agar e Ismael hayan sido echados fuera significa que tanto la ley como los resultados de nuestros esfuerzos en la carne son desechados, pues no tienen cabida en la economía de Dios (véase la nota Gá. 4:245d y la nota Gá. 4:301).
Un pozo representa la fuente de nuestro vivir. El pozo de Ismael estaba en el desierto, cerca de Egipto (vs. 14, 20-21). La fuente del vivir de Ismael hizo de él un arquero (v. 20; cfr. Gn. 10:8-9), un cazador, alguien que mataba la vida, y a la postre, hizo que él se uniera a Egipto, que representa el mundo (v. 21).
El pozo para Isaac tipifica a Cristo como Espíritu vivificante (1 Co. 15:45; 2 Co. 3:6, 17), quien es la fuente del agua viva como suministro divino para el pueblo de Dios (Jn. 4:14; 7:37-39; 1 Co. 12:13; Ap. 22:17). La fuente del vivir de Isaac hizo de él un holocausto para satisfacción de Dios y lo condujo al monte Moriah (Gn. 22:2), que se convertiría en el monte Sion, donde el templo de Dios en Jerusalén fue edificado (2 Cr. 3:1). Con el tiempo, la debida fuente hace de nosotros Isaacs y nos conduce a la Nueva Jerusalén (Gá. 4:26-28).
Abraham redimió el pozo pagando siete corderas. En tipología, estas siete corderas representan la plena redención efectuada por Cristo, lo cual indica que el agua viva divina ha sido redimida, comprada nuevamente, mediante la plena redención efectuada por Cristo (Jn. 19:34).
Que significa pozo de juramento.
Este pacto, incluyendo la redención del pozo en Beerseba, es una semilla del nuevo pacto (Jer. 31:31-34; He. 8:8-12) promulgado mediante la sangre redentora de Cristo (Mt. 26:28; Lc. 22:20). Isaac bebió del agua redimida, el agua del pacto. Asimismo, el agua viva que beben los creyentes neotestamentarios es agua que fue redimida y nos fue dada en virtud de un pacto.
En tipología, los filisteos representan a las personas que aceptan a Dios pero manejan las cosas de Dios según la habilidad humana, y no conforme a la economía de Dios (1 S. 6:1-9 y la nota 1 S. 6:41).
El tamarisco, con sus ramas delgadas y hojas finas, representa el fluir de las riquezas de la vida, el resultado de que experimentemos el árbol de la vida (Gn. 2:9-10; cfr. Jn. 7:37-38). Por tanto, el tamarisco representa al árbol de la vida que experimentamos y expresamos.
Heb. El Olam. El, que significa el Poderoso, es uno de los nombres de Dios. Olam, que significa eterno o eternidad, procede de una raíz hebrea que significa ocultar, esconder. El título divino El Olam implica la vida eterna (cfr. Jn. 1:1, 4). Así pues, al invocar el nombre de Jehová, el Eterno y Poderoso, Abraham experimentó a Dios como Aquel que es secreto, misterioso y vive siempre, quien es la vida eterna.