La sección agradable del Hades, donde están los espíritus de Abraham y todos los justos, mientras esperan la resurrección (Lc. 16:22-23, 25-26), y a donde el Señor Jesús fue después de Su muerte y donde estuvo hasta Su resurrección (Lc. 23:43; Hch. 2:24, 27, 31; Ef. 4:9; Mt. 12:40). Este paraíso difiere del Paraíso mencionado en Ap. 2:7, el cual será la Nueva Jerusalén en el milenio. En esta sección el apóstol habló de la suma grandeza de las revelaciones que había recibido. En el universo hay tres secciones principales: los cielos, la tierra y el Hades, el cual está debajo de la tierra (Ef. 4:9). El apóstol, por ser un hombre que vivía en la tierra, conocía las cosas de la tierra. Pero los hombres no conocen las cosas que están en los cielos ni las que están en el Hades. No obstante, el apóstol fue arrebatado a estas dos regiones desconocidas. Así que, recibió visiones y revelaciones de estas regiones escondidas. Por esta razón mencionó estas dos partes remotas del universo.