Véase la nota Hch. 13:51.
Véase la nota Hch. 13:51.
Véase la nota Jac. 2:21.
Hch. 13:50; 17:5, 13; 21:27
Lit., almas.
Véase la nota Hch. 11:231a.
Véase la nota Hch. 2:431.
O, salvo.
Júpiter, según la mitología romana. (Véase la nota Hch. 28:111). Así también en Hch. 19:35.
Mercurio, según la mitología romana.
Véase la nota Hch. 7:261.
Se refiere a los ídolos y a la idolatría.
El alma del hombre está compuesta de la mente, la parte emotiva y la voluntad. Confirmar las almas de los discípulos consiste en confirmar
1) su mente, para que conozcan y entiendan al Señor y todo acerca de Él (1 Co. 2:16; Fil. 3:10);
2) su parte emotiva, para que amen al Señor y tengan un corazón para los intereses del Señor (Mr. 12:30; Ro. 16:4)
3) su voluntad, para que de manera resuelta permanezcan con el Señor y hagan lo que a Él le agrada (Hch. 11:23; Col. 1:10; 1 Ts. 4:1).
O, continuaran, perseveraran; o sea que se mantuvieran firmes y no se apartaran de la fe en la cual habían entrado.
Véase la nota Hch. 6:72d.
Véase la nota Hch. 1:34.
Todas las iglesias en las cuales los apóstoles designaron ancianos habían sido establecidas hacia menos de un año. Por lo tanto, no era posible que los ancianos designados en estas iglesias fueran totalmente maduros. Deben de haber sido considerados como ancianos porque comparativamente eran los más maduros de entre los creyentes. Sus congregaciones no los eligieron por votación, sino que los apóstoles los designaron conforme a la madurez en vida que tenían en Cristo. Los apóstoles los exhortaron a que se ocuparan del liderazgo y del pastoreo en sus iglesias (véase la nota 1 Ti. 3:21b y la nota 1 P. 5:33).
En cada iglesia equivale a en cada ciudad en Tit. 1:5 (véase la nota Tit. 1:51c).
Algunos mss. añaden: del Señor.
Véase la nota 1 Co. 15:101a y la nota 1 Co. 15:102.
Éste fue el fin del primer viaje ministerial de Pablo, el cual empezó en Hch. 13:4.
Para tener comunión tocante al mover de Dios en la propagación de Su evangelio, no para dar un informe con respecto a su misión.
Hch. 14:23; 15:3, 4