Véase la nota Hch. 22:12b.
Véase la nota Hch. 22:12b.
O, Porque eres muy experto en…
Lit., eres conocedor, uno que está familiarizado con algo.
O, celosa adoración a Dios. Véase la nota Jac. 1:291.
Lit., de afuera.
Véase la nota Hch. 9:41a.
En los arados se usan aguijones, varas afiladas con las cuales se somete y punza a los bueyes uncidos al arado. Estas palabras del Señor indican que Saulo ya estaba uncido al arado y que no tenía otra opción sino aceptar obedientemente el yugo del Señor para llevar a cabo la comisión que el Señor le diera. Dura cosa le era a Pablo dar coces contra los aguijones del arado del Señor.
Véase la nota Hch. 9:51.
No solamente ministro, sino también testigo. Un ministro está relacionado con el ministerio; un testigo lo está con el testimonio. El ministerio está relacionado principalmente con la obra, con lo que un ministro hace; un testimonio tiene que ver con la persona, con lo que es un testigo (véase la nota Hch. 1:83c y la nota Hch. 23:114).
Con esto se cumple el jubileo de Dios, el año agradable del Señor, proclamado por el Señor Jesús en Lc. 4:18-21 (véase la nota Lc. 4:191) conforme a la economía neotestamentaria de Dios. El primer punto de las bendiciones espirituales y divinas del jubileo del Nuevo Testamento, las cuales son las bendiciones del evangelio de Dios, consiste en abrir los ojos de seres humanos caídos y convertirlos de las tinieblas a la luz, para que vean las cosas divinas en la esfera espiritual. Para ver tales cosas se requiere la vista espiritual y la luz divina.
La autoridad de Satanás es el reino de Satanás, el cual pertenece a las tinieblas (Mt. 12:26 y la nota 1).
Es decir, a la autoridad de Dios, al reino de Dios, el cual pertenece a la luz.
La base de todas las bendiciones del jubileo neotestamentario.
Lit., porción; se refiere a la porción de una herencia. Esta herencia es el propio Dios Triuno con todo lo que tiene, todo lo que ha hecho, y todo lo que hará por Su pueblo redimido. El Dios Triuno está corporificado en el Cristo todo-inclusivo (Col. 2:9), quien es la porción asignada como herencia a los santos (Col. 1:12). El Espíritu Santo, quien ha sido dado a los santos, es el anticipo, las arras y la garantía de esta herencia divina (Ro. 8:23; Ef. 1:14), de la cual ahora participamos y disfrutamos como anticipo en el jubileo neotestamentario de Dios, y la cual disfrutaremos en plenitud en la era venidera y por la eternidad (1 P. 1:4). En el tipo del jubileo descrito en Lv. 25:8-13, las mayores bendiciones son la libertad proclamada y el regreso de todo hombre a su propia posesión. Aquí, en el cumplimiento del jubileo, ser liberados de la autoridad de las tinieblas y recibir la herencia divina constituyen las principales bendiciones (cfr. nota Hch. 20:323d).
Santificados no sólo en cuanto a su posición, sino también a su manera de ser (Ro. 6:19 y la nota 2, Ro. 6:22). Ser santificado en cuanto a la posición consiste en tener un cambio sólo en nuestra posición y propósito; ser santificado en cuanto a nuestra manera de ser consiste en ser transformado en nuestra naturaleza mediante la naturaleza santa de Dios y con ella (2 Co. 3:18). Ser santificado consiste en ser saturado con Dios como nuestra posesión para que le disfrutemos hoy. Nuestra santificación tendrá su consumación cuando lleguemos a la madurez en la vida divina a fin de parecernos a Dios y estar calificados para poseerle y disfrutarle plenamente como nuestra herencia en la era venidera y por la eternidad.
No fue una doctrina, teoría, credo religioso ni alguna teología, sino una visión celestial, en la cual el apóstol vio las cosas divinas relacionadas con la impartición del Dios Triuno en Su pueblo escogido, redimido y transformado. Todo lo que Pablo predicó en este libro y lo que escribió en sus catorce epístolas, desde Romanos hasta Hebreos, constituye una descripción detallada de la visión celestial que él recibió.
O, asistencia. La palabra griega originalmente significaba alianza Esto implica que el apóstol estaba aliado con Dios, y que podía ver la asistencia de Dios en esta alianza.
Lit., de la resurrección de los muertos.
O, loco de remate (así también en el siguiente versículo).
Agripa, un judío por religión, conocía las cosas del Antiguo Testamento y de la resurrección.
O, con confianza, claramente.
En esta sección, de Hch. 21:27 a Hch. 26:32, una larga narración de la persecución final del apóstol a manos de los judíos, quedaron manifiestas las verdaderas características de todas las partes involucradas:
) las tinieblas, la ceguera, el odio y la hipocresía de la religión judía;
2) la injusticia y la corrupción de la política romana;
3) la transparencia, la lucidez, la fidelidad y la valentía del apóstol
4) el cuidado alentador del Señor por Su testigo, y Su soberanía sobre la situación para llevar a cabo Su propósito divino.
Sin embargo, si no hubiese apelado a César, el apóstol podría haber sido muerto por los judíos debido a la manera injusta en que lo trataba Festo (Hch. 25:9), de modo que tal vez no habría conservado la vida hasta ese día. Véase la nota Hch. 25:111.