Lit., es maravilloso al hacer un voto. Un nazareo era santificado al hacer un voto especial apartándose para Dios. Los sacerdotes, que eran tales por nacimiento, fueron ordenados por Dios a iniciativa de Dios mismo, mientras que los nazareos, constituidos como tales mediante un voto, se apartaban para Dios por iniciativa propia. Puesto que Dios había ordenado una sola familia (la de Aarón) para que ejerciera el sacerdocio, los demás quedaban excluidos de tal oportunidad; pero el voto del nazareato abría las puertas para que todo el pueblo de Dios tuviera la misma oportunidad de entregarse absolutamente a Dios a fin de servirle como guerreros (Jue. 13:5) o sacerdotes (1 S. 1:11; 2:11). Todo el que quisiera podía aprovechar, por iniciativa propia, esta oportunidad. Para cumplir el propósito de Dios se requiere de la cooperación del hombre a fin de complementar la ordenación dispuesta por Dios; esto es ilustrado por el caso de Samuel, quien como nazareo cumplió con las obligaciones de un sacerdote y así complementó al deficiente Elí, un sacerdote que Dios había ordenado como tal (1 S. 1—3).