Con respecto a los vs. 1-10, véanse las notas de Mt. 8:5-13.
Con respecto a los vs. 1-10, véanse las notas de Mt. 8:5-13.
Lit., salvase por completo a su esclavo.
O, al siguiente día.
Este caso es único en su género por la miseria que describe: el hijo único de una viuda era llevado en un ataúd. La compasión del Salvador también fue única en su género en Su amor y condolencia para con ella. En Su tierna misericordia Él le ofreció Su poder de resurrección para levantar de la muerte al hijo de la viuda, sin que se le pidiera. Esto indica Su comisión única: venir para salvar a los pecadores perdidos (Lc. 19:10). También muestra el alto nivel de Su moralidad, como Salvador-Hombre, al salvar a los pecadores.
Nombre común del país de los judíos, el cual incluía a Galilea donde estaba la ciudad de Naín (véase la nota Lc. 4:442).
Con respecto a los vs. 18-35, véanse las notas de Mt. 11:2-19.
Algunos mss. dicen: Jesús.
Véase la nota Lc. 4:431a.
Cuando parece que el Señor no va a obrar en favor nuestro, bienaventurados somos si no tropezamos.
No eran abogados civiles, sino eruditos de la ley mosaica.
O, pusieron a un lado, anularon.
O, proveyó.
El cabello es la gloria de la mujer (1 Co. 11:15), y está en la parte superior de su cuerpo. Con ésta ella enjugó los pies, la parte más baja del cuerpo del Salvador, amándole con la gloria de ella.
En amor.
Indica el aprecio que la mujer tenía del gran valor y dulzura del Salvador. Aun los pies del Salvador eran queridos y agradables para el afecto de ella.
Una gran multitud en Naín, habiendo sido testigos del poder de resurrección del Salvador, le reconoció como un gran profeta (v. 16). Pero el fariseo se preguntaba si en verdad lo era. Él no solamente dudó respecto del Salvador, sino que también menospreció a la mujer como a una pecadora.
Esto muestra la omnisciencia del Salvador.
Simón no se consideró a sí mismo como pecador, mas sí a la mujer, y dudó que el Salvador supiese que ella era una pecadora. Pero la parábola del Salvador indicó que tanto Simón como la mujer eran pecadores, deudores a Él, y que ambos necesitaban Su perdón.
Véase la nota Jn. 6:71.
Indica que ningún pecador tiene con qué pagar sus deudas a Dios su Salvador.
Indica que el Salvador ya los había perdonado a ambos.
Indica que su amor por el Salvador es el resultado, no la causa, del perdón del Salvador.
Lo dicho por el Salvador en los vs. 44-46 indica que Simón debía haber seguido el ejemplo de la mujer y haber aprendido de ella.
Su mucho amor fue evidencia de que sus muchos pecados habían sido perdonados; el poco amor de Simón muestra que poco le había sido perdonado.
Tanto este caso como el del hijo único de la viuda en Naín (vs. 11-17) se encuentran solamente en este evangelio; ellos muestran el cuidado tierno que tiene el Salvador para con los muertos y los pecaminosos y transmiten el principio de moralidad que es la característica única de este evangelio.
Los que estaban reclinados a la mesa con el Salvador-Hombre no comprendieron que Él era el propio Dios, y que tenía autoridad para perdonar los pecados del hombre. Véase la nota Mr. 2:71.
La mujer perdonada no solamente amaba al Salvador, sino que también tenía fe en Él, la cual operó a través del amor (Gá. 5:6) y produjo paz. La fe que la salvó la llevó al Salvador en amor, y dio como resultado que ella se fuera en paz. La fe, el amor y la paz son tres virtudes cruciales en la experiencia y el disfrute que tenemos de la salvación del Salvador. La fe es producida al conocer al Salvador en Su poder y Su virtud salvadores. El amor procede de esta fe y trae paz; luego seguimos al Salvador. Al seguir al Salvador en nuestro vivir, la fe y el amor nos traen paz para que disfrutemos la vida del Señor y crezcamos en ella.