Los relatos de Abraham, Isaac y Jacob (con José, véase la nota Gn. 37:21) se superponen; Génesis no los presenta como tres individuos, sino como constituyentes de una misma persona corporativa. Las experiencias de estos tres hombres nos muestran diferentes aspectos de la experiencia que una persona completa tiene del Dios Triuno. “El Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob” es Jehová, el Dios Triuno: el Padre, el Hijo y el Espíritu (Éx. 3:15; Mt. 28:19). Las experiencias de Abraham representan las experiencias que el hombre tiene de Dios el Padre como Aquel que llama al hombre, lo justifica y lo capacita para vivir por fe y para vivir en comunión con Él (Gn. 12:1; 15:6 caps. 17—18; Gn. 19:29; 21:1-13; 22:1-18). Las experiencias de Isaac representan las experiencias que el hombre tiene de Dios el Hijo como Aquel que redime al hombre (Gn. 22:1-14) y lo bendice concediéndole heredar todas Sus riquezas así como llevar una vida en paz y en la que disfruta de la abundancia de Dios (Gn. 25:5; 26:3-4, 12-33). Las experiencias de Jacob (incluyendo las de José) representan las experiencias que el hombre tiene de Dios el Padre como Aquel que ama al hombre y lo elige (Mal. 1:2; Ro. 9:10-13) y de Dios el Espíritu como Aquel que hace que todas las cosas cooperen para el bien de aquellos que aman a Dios, que transforma al hombre y hace que éste alcance madurez en la vida divina, al grado en que pueda bendecir a las personas, regir sobre toda la tierra y satisfacer a otros con Dios el Hijo, el suministro de vida (27:41; 28:1—35:10; caps. 37, 39—49; Ro. 8:28-29).