Las naciones serán congregadas en el valle de Josafat (vs. 2, 11-12, 14) con el propósito de que el lagar de la furia de Dios sea pisado en la guerra de Armagedón (v. 13; Ap. 14:19-20 y la nota Ap. 14:191a).
Las naciones serán congregadas en el valle de Josafat (vs. 2, 11-12, 14) con el propósito de que el lagar de la furia de Dios sea pisado en la guerra de Armagedón (v. 13; Ap. 14:19-20 y la nota Ap. 14:191a).
Que significa Jehová juzga.
Éste es el juicio que Cristo ejecutará sobre las naciones, a saber: el juicio de los que estén vivos (Hch. 10:42; 17:31; 2 Ti. 4:1). El propósito del juicio de Cristo será dar pago por el maltrato que las naciones infligieron a Israel durante la gran tribulación (vs. 2-8; Ap. 12:17; 13:7, 10; Mt. 25:41-46a). En Su juicio sobre las naciones, primero Cristo con Sus vencedores, quienes son los valientes (v. 11; Ap. 17:14; 19:11-14), derrotarán al anticristo y sus ejércitos (las naciones) en Armagedón (v. 16a; Ap. 14:19-20; 16:13-16; 17:14; 19:11-21). Después que Cristo arroje al anticristo y al falso profeta en el lago de fuego, Él establecerá Su trono en Jerusalén, y todos los que hayan quedado vivos de entre las naciones, en calidad de cabritos y ovejas, serán reunidos delante de Cristo para ser juzgados por Él. Los cabritos serán los malos, aquellos que persiguieron a los judíos durante la tribulación, y las ovejas serán los buenos, quienes ayudaron a los judíos perseguidos (Mt. 25:31-46 y las notas).
Es decir, los griegos.
Después de la derrota del anticristo en Armagedón, Cristo reinará en medio de Israel sobre el santo monte Sion dentro de Jerusalén (vs. 16-17, 21b) en la restauración (v. 18). Al reinar en Jerusalén, Cristo será albergue y fortaleza para los hijos de Israel. Debido a esto, nadie podrá dañar nunca más a Israel.
Esto describe la situación de riqueza que imperará en la Tierra Santa durante la restauración, la cual será introducida por la manifestación de Cristo (véase la nota Jl. 2:281, párr. 2). La restauración no solamente incluirá a Israel, sino también a todo el linaje humano, a la tierra y al universo entero. El propósito de la restauración será restaurar el universo que Dios creó pero que luego cayó, el cual fue profanado y contaminado por dos rebeliones: la rebelión de Satanás y los ángeles que le siguieron (Is. 14:12-15; Ap. 12:4, 9) y la rebelión del hombre (Gn. 3:1-6). La consumación de la restauración será el cielo nuevo y la tierra nueva que tendrán como centro la Nueva Jerusalén (Ap. 21:1-2). Véase la nota Is. 30:261 y la nota Os. 6:111.
Esto alude a la situación que imperará en la Nueva Jerusalén, donde un río fluirá del trono de Dios y del Cordero para regar la ciudad santa (Ap. 22:1).
Todos los enemigos que rodearon a Israel serán castigados (vs. 19-21a). Por tanto, las naciones serán castigadas, Israel será restaurado y Cristo será manifestado. Éste será un preludio al cielo nuevo y la tierra nueva con la Nueva Jerusalén (Ap. 21:1-2).