El matrimonio y la comida fueron ordenados por Dios. La comida es para la existencia de la humanidad, y el matrimonio, para la continuación y multiplicación de la humanidad. Por un lado, Satanás hace que el hombre abuse de estas dos cosas induciéndole a entregarse a su carne lujuriosa; por otro, pone un énfasis exagerado en el ascetismo al prohibirle al hombre casarse y mandarle abstenerse de ciertas comidas. ¡Ésta es una enseñanza demoníaca!