Las fiestas tenían como finalidad proporcionar reposo y disfrute, lo cual tipifica a Cristo como nuestro reposo y disfrute. Que las fiestas sean mencionadas en este libro, un libro que trata sobre el sacerdocio de Dios para el servicio de Dios en comunión con Él, indica que el servicio sacerdotal que brindamos a Dios redunda en que experimentemos a Cristo —como reposo y disfrute— juntamente con Dios y unos con otros. Estas fiestas fueron dispuestas por Dios para que Su pueblo reposara con Él y se gozara con Él, para que disfrutase con Él y unos con otros de todo lo que Él ha provisto a Su pueblo redimido. Este reposo y disfrute no era una experiencia individual, sino corporativa.