Este día es el día de la resurrección de Cristo. El día de Su resurrección, el Señor Jesús fue hecho por Dios la piedra del ángulo. Cristo fue escogido por Dios en la eternidad pasada a fin de ser la piedra angular para el edificio espiritual de Dios (1 P. 1:20; 2:4). Después, los líderes judíos en calidad de edificadores desecharon completamente al Señor Jesús, al grado que lo pusieron en la cruz (Mt. 21:38-42a). Dios escogió a Cristo como la piedra angular por segunda vez en la resurrección de Cristo (Hch. 4:10-11), con lo cual confirmó Su elección inicial de Cristo en la eternidad pasada. Después que Dios resucitó a Cristo, Él lo elevó a los cielos (Lc. 24:51; Hch. 1:9). La ascensión de Cristo a Sion en los cielos (Ap. 14:1) fue una confirmación adicional de que Dios lo había escogido como la piedra angular (Is. 28:16; 1 P. 2:6). Tanto la resurrección de Cristo como Su ascensión son prueba y confirmación de que Él es Aquel a quien Dios escogió a fin de ser la cabeza del ángulo para el edificio de Dios.
Como la piedra todo-inclusiva, Cristo es la centralidad del mover de Dios para la edificación de Su morada eterna (Mt. 21:42, 44; Zac. 3:9, cfr. Ap. 5:5-6; Hch. 4:10-12; Is. 28:16; Ef. 2:19-22; 1 P. 2:4-8; Dn. 2:34-35; Zac. 4:7; Ap. 21:11, cfr. 4:3). Todo cuanto Cristo es, todo cuanto Él hizo y todo cuanto Él hace se debe al hecho de que Él es la piedra angular. Es en virtud de ser la piedra angular que Cristo pudo morir por nosotros, que nosotros pudimos ser crucificados juntamente con Él, ser vivificados con Él, ser resucitados con Él y estar sentados juntamente con Él en los lugares celestiales, así como también que Él puede salvarnos, transformarnos en piedras preciosas y edificarnos juntamente para que constituyamos la morada de Dios, el único templo de Dios en el universo.