Sin mancha indica que no tienen mancha ni arruga y que son perfectos en la santidad de Dios (Ef. 5:27), o sea, que están absolutamente santificados para Dios y plenamente saturados de Dios (1 Ts. 5:23).
Sin mancha indica que no tienen mancha ni arruga y que son perfectos en la santidad de Dios (Ef. 5:27), o sea, que están absolutamente santificados para Dios y plenamente saturados de Dios (1 Ts. 5:23).
El diablo es el padre de todos los mentirosos, y las mentiras provienen de él (Jn. 8:44). El hecho de que no se halló mentira en las bocas de los vencedores indica que en su expresión no hay nada de Satanás.
Estos primeros vencedores serán las primicias en la labranza de Dios. Así que, serán cosechados antes de la siega, como primicias para Dios y el Cordero. La cosecha será recogida más tarde, en los vs. 14-16, lo cual quiere decir que los vencedores serán arrebatados a los cielos antes de la cosecha, tal como las primicias de la buena tierra eran segadas y llevadas al templo de Dios antes de la cosecha (Lv. 23:10-11; Éx. 23:19). Los eventos relatados en los vs. 6-13, los cuales transcurrirán durante la gran tribulación (Mt. 24:21), indican y prueban claramente que los primeros vencedores, las primicias de los vs. 1-5, serán arrebatados antes de la gran tribulación, y que la cosecha de los vs. 14-16, compuesta de la mayoría de los creyentes, será arrebatada al final de la gran tribulación. Véase la nota Ap. 12:61.
Éste debe ser un número real con un significado simbólico. Ciento cuarenta y cuatro mil es el resultado de multiplicar mil por doce por doce. Doce es el número que significa compleción en la administración eterna de Dios. El número ciento cuarenta y cuatro (Ap. 21:17) es doce por doce, que significa la compleción de las compleciones, la máxima compleción en toda su plenitud. Aquí el número es mil veces esta compleción final.
Este monte no es el Sion que está en la tierra, sino el que está en los cielos (He. 12:22).
Esto ha de referirse a la virginidad mencionada por el Señor en Mt. 19:11-12. El mismo principio también podría aplicarse a las hermanas (1 Co. 7:7, 37).
Comprados de la tierra prueba que ellos ya no están en la tierra, sino que han sido arrebatados a los cielos.
Nadie puede aprender el cántico nuevo que estos primeros vencedores cantaban, un cántico que debe de ser afín a lo que ellos han experimentado del Cordero, porque nadie más tiene las experiencias específicas y personales que ellos tienen de Cristo.
Arpistas se refiere a lo placentero del sonido.
Gran trueno se refiere a la solemnidad del sonido.
Muchas aguas se refiere a lo estruendoso del sonido.
El nombre del Cordero y el nombre del Padre escritos en la frente de estos primeros vencedores significa que son uno con el Cordero y con el Padre, y que pertenecen al Cordero y al Padre. Existe un gran contraste entre ellos y los que adoran a la bestia y tienen el nombre de la bestia escrito en la frente (Ap. 13:16-17).
El evangelio eterno, el cual será predicado durante la gran tribulación (Mt. 24:21), es diferente del evangelio de la gracia (Hch. 20:24) predicado en la era de la iglesia. El contenido básico del evangelio de la gracia es el arrepentimiento ante Dios y la fe en el Señor Jesús (Hch. 20:21) a fin de que los hombres reciban el perdón de los pecados y nazcan de nuevo como hijos de Dios (Lc. 24:47; Jn. 1:12), mientras que el contenido básico del evangelio eterno consiste en que los hombres deben temer a Dios y adorarle para que no sean engañados y no sigan al anticristo, sino que sean conducidos a la adoración genuina de Dios, quien hizo el cielo y la tierra (v. 7). Sólo el hombre tiene el privilegio de predicar el evangelio de la gracia en la tierra hoy (Hch. 10:3-6). En cambio, el evangelio eterno será predicado por el ángel desde los aires al final de esta era.
Lit., los asentados.
“Temed a Dios, y dadle gloria” es un mandamiento dado a los que moran en la tierra. Esto es contrario al engaño del falso profeta que dice que los hombres deben seguir al anticristo, y neutraliza la amenaza de muerte dirigida contra los que se rehúsen a adorar al anticristo durante la gran tribulación (Ap. 13:14-15).
Este juicio es el que Cristo ejecutará sobre todas las naciones cuando regrese a la tierra, como Él predijo en Mt. 25:31-46. Este juicio será ejecutado sobre los vivos. Es distinto del juicio sobre los muertos, el cual será efectuado después del milenio, como se menciona en Ap. 20:11-15. Todas las personas de las naciones que hayan quedado para cuando el Señor regrese a la tierra serán juzgadas conforme al evangelio eterno predicado por el ángel durante la gran tribulación (Mt. 24:21). Si al temer y adorar a Dios ellos tratan bien a los cristianos y a los judíos, los hermanos del Señor que sufren pobreza y encarcelamiento bajo la persecución del anticristo durante la gran tribulación, serán justificados por el Señor y podrán entrar en la parte terrenal del milenio y participar del reino que Dios preparó para ellos desde la fundación del mundo (Mt. 25:34). Si al seguir al anticristo y adorar su imagen ellos han maltratado a los cristianos y a los judíos, serán condenados y echados al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles (Mt. 25:41).
Éstos son los que fueron martirizados bajo la persecución del anticristo durante la gran tribulación. Esto es demostrado por Ap. 20:4.
Cuando el Señor Jesús regrese, seguirá siendo el Hijo del Hombre. Como Hijo del Hombre, está calificado para ejecutar el juicio de Dios sobre todos (Jn. 5:27).
Este libro, escrito en los tiempos de la degradación de la iglesia, hace énfasis en el Espíritu. Aquí no leemos “dice la Escritura”, sino “dice el Espíritu”.
La cláusula modificadora que ha hecho beber a todas las naciones… indica que aquí Babilonia es la Babilonia religiosa y misteriosa, la cual es la Iglesia Católica Romana, como en Ap. 17:2-6, y no la Babilonia material, como en Ap. 18:2. El anticristo destruirá todas las religiones cuando, a mediados de la última semana (siete años, Dn. 9:27; 11:31), rompa el pacto que había hecho con Israel. Éste será el principio de la gran tribulación (Mt. 24:21), la cual durará tres años y medio. El anticristo se exaltará a sí mismo sobre todos los dioses y obligará a la gente a adorarlo (Dn. 8:9-11; 11:36-37; 2 Ts. 2:3-4; Ap. 13:4-6, 12, 14-15). Entonces destruirá a la Babilonia religiosa, la Iglesia Católica Romana apóstata (Ap. 17:16). Por tanto, la Babilonia religiosa caerá al principio de la gran tribulación, mientras que la Babilonia material caerá al final de la gran tribulación (Ap. 18:2).
Del vino de…su fornicación se refiere a la fornicación espiritual de la Iglesia Católica Romana, vino del cual ella hizo beber a todas las naciones (Ap. 17:2-6). Mientras ella comete su fornicación, está furiosa con los santos que censuran su fornicación. Éste es el furor de su fornicación. Por lo tanto, el vino de su fornicación también es llamado “el vino del furor de su fornicación”.
Los santos que se hayan quedado en la gran tribulación necesitarán de perseverancia para sufrir la persecución del anticristo.
Los santos que se hayan quedado en la gran tribulación pertenecerán a dos pueblos: los judíos, quienes guardan los mandamientos de Dios, y los creyentes, quienes guardan la fe de Jesús.
En 10:1 Cristo todavía está vestido de una nube, mientras que aquí Él está sobre la nube, lo cual corresponde a 1 Ts. 4:17 e indica que en ese momento el regreso del Señor se hace visible en el aire.
Adorar a Aquel que hizo el cielo y la tierra está en contraste con adorar al anticristo y su imagen en el v. 9.
La corona de oro en la cabeza del Señor indica que Él es el que fue coronado de gloria (He. 2:9).
La hoz aguda en la mano del Señor indica que Él es el que siega el campo de Dios.
La mies de la tierra es el pueblo de Dios en la tierra, los que creen en Cristo (1 Co. 3:9). En Su primera venida a la tierra, el Señor se sembró en Sus creyentes (Mt. 13:3-8, 24). Desde aquel entonces todos los creyentes, o sea, los que han recibido a Cristo como la simiente de vida, han venido a ser la mies de Dios en la tierra. Los que maduren primero serán segados como primicias para Dios antes de la gran tribulación, como lo indican los vs. 1-5. La mayoría de ellos madurará con la ayuda de los sufrimientos en la gran tribulación y será segada, arrebatada, al final de la gran tribulación.
Lit., seca. Estar maduro significa estar “seco”, carente de toda agua terrenal. Los sufrimientos de la gran tribulación, como el sol abrasador, secarán las aguas terrenales de los creyentes que sean dejados en la tierra en la gran tribulación, capacitándolos para que maduren.
Aquí la hoz representa a los ángeles enviados por el Señor para segar la mies (Mt. 13:39).
Esta siega ocurrirá después que el anticristo obligue a la gente a adorarlo a él y a su imagen (v. 9). Por tanto, se refiere al arrebatamiento de la mayoría de los creyentes, aquellos que sean dejados en la tierra a fin de que pasen por la gran tribulación.
No se refiere al Señor, sino al ángel mencionado en el v. 17.
En la Biblia los judíos son comparados con la higuera (Mt. 24:32), los creyentes son comparados con el trigo (Mt. 13:25, 30), y los gentiles malvados, con la vid (v. 19), la cual es una falsificación de la vid verdadera que se compone de Cristo y Sus miembros (Jn. 15:1-6). El trigo está maduro cuando toda el agua contenida en los granos se seca, mientras que las uvas están maduras cuando están llenas de agua. Bien maduras indica que los gentiles, representados por la vid, están totalmente llenos de su pecado y que la hora de su juicio ha llegado.
El gran lagar de la ira de Dios es la batalla de Armagedón (Ap. 16:12-16), ubicado en el valle de Josafat (Jl. 3:9-16). Todas las fuerzas malignas y mundanas de los gentiles serán reunidas allí, y el Señor junto con Sus santos vencedores pelearán contra ellas y las destruirán (Ap. 19:11-21; Jl. 3:9-13; Is. 63:1-6).
Esta ciudad es Jerusalén.
Estos caballos corresponden a los caballos de Ap. 19:18.
Un estadio equivale aproximadamente a 180 metros.