En los vs. 3-12, al hablar del problema representado por la lengua, Jacobo, en su sabiduría con respecto a la vida humana, usó veinte ejemplos: los frenos de los caballos, los timones de las naves, un incendio destructivo, un mundo de injusticia, el fuego que proviene de la Gehena, la rueda del nacimiento, las bestias, las aves, los reptiles, los seres del mar, la naturaleza humana, un mal turbulento, un veneno mortal, una fuente, una higuera, las aceitunas, una vid, los higos, el agua salada (amarga) y el agua dulce. Jacobo era rico en la sabiduría de la vida humana, semejante hasta cierto punto a Salomón, el rey sabio del Antiguo Testamento (1 R. 4:29-34), pero no lo era en la sabiduría de la economía divina. Véase la nota Jac. 1:111.