En contraste con lo que Él dijo en las otras seis parábolas (vs. 24, 31, 33, 44-45, 47), al principio de esta parábola, la primera de las siete parábolas acerca de los misterios del reino, el Señor no dijo: “El reino de los cielos es (o, ha venido a ser) como…” porque el reino de los cielos comenzó con la segunda parábola. En esta primera parábola el Señor salió sólo a sembrar la semilla para el reino. En aquel entonces la semilla todavía no había crecido hasta ser el cultivo para la formación del reino. Como el Señor decía en Su predicación en aquel entonces, el reino todavía no había venido, sino que solamente se había acercado (Mt. 4:17).
