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Capítulos de libros «El Evangelio de Mateo»
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  • Es decir, actúan y se manifiestan.

  • En Mt. 12:24 los líderes de la religión judía, los cuales representaban a toda la nación judía, rechazaron por completo al Rey celestial. Esto le obligó a renunciar a su relación natural con ellos (Mt. 12:46-50). Luego, en Mt. 13:53-58, también fue rechazado por los galileos. Ahora en el cap. 14, Mateo, en su manera de ordenar los eventos conforme a la doctrina, nos revela cómo el sistema político de los gentiles trató al precursor del Rey. Este sistema era maligno y estaba lleno de corrupción y tinieblas. Hasta aquí Mateo nos ha dado un cuadro completo del rechazo del ministerio del reino de los cielos por parte de los judíos, los galileos y los gentiles.

  • El Rey celestial, habiendo sido rechazado por la gente religiosa, la gente culta y los políticos, se apartó de ellos y se retiró a un lugar desierto. Esto indica que de allí en adelante se escondería en un lugar desierto, en un lugar sin cultura, separado de las personas religiosas, de las personas cultas y de los políticos. Hizo esto usando una barca, lo cual implica que lo haría mediante la iglesia. Ya que ha sido rechazado por el mundo civilizado, el Señor, mediante la iglesia, siempre se ha escondido en una esfera donde no hay mucha cultura, separado de los círculos religiosos y políticos.

  • A pesar del rechazo por parte de toda clase de personas, eran muchos los que seguían al Rey celestial. Ellos salían de sus ciudades para seguirle. El Rey no iba a sus ciudades para visitarlos, sino que ellos salían de sus ciudades cultas para seguirlo a un lugar desierto. Durante todos los siglos, los verdaderos seguidores de Cristo han dejado las esferas cultas para seguir a su Rey celestial fuera del mundo culto.

  • Lit., pasada.

  • Los discípulos pidieron al Señor que despidiera a las multitudes para que éstas pudieran ir a comprar alimentos (v. 15), pero el Señor les dijo a ellos que dieran de comer a las multitudes. El concepto de los discípulos fue pedirle a la gente que hiciera algo; éste es el principio de la ley. Pero el concepto del Señor es dar a la gente algo que disfrutar; éste es el principio de la gracia.

  • En esta narración del milagro, la intención del Espíritu Santo en Su inspiración es mostrar que en realidad lo que los seguidores del Rey celestial necesitan es el debido alimento que satisfaga su hambre. Ni los discípulos de Cristo ni las multitudes que le seguían sabían esto. El Rey celestial sí lo sabía y obró de modo milagroso para que vieran claramente su verdadera necesidad y la provisión que les daría para satisfacerla. Lo único que necesitaban era la vida de resurrección, la cual satisfaría su hambre espiritual, como se representa en este milagro.

    Lo que hizo el Rey celestial indica enfática y claramente que Él suple las necesidades de Sus seguidores mientras ellos lo siguen en este mundo que los rechaza. Esto concuerda con lo que Él dijo en la constitución celestial, donde dice que el pueblo del reino no necesita preocuparse por lo que ha de comer (Mt. 6:31-33).

  • Jn. 6:9 nos dice que estos cinco panes eran panes de cebada. La cebada tipifica al Cristo resucitado (Lv. 23:10). Así que, los panes de cebada representan a Cristo en resurrección como alimento para nosotros. Los panes provienen de la vida vegetal, que representa el aspecto generador de la vida de Cristo, mientras que los pescados forman parte de la vida animal, que representa el aspecto redentor de la vida de Cristo. Para saciar nuestra hambre espiritual necesitamos la vida generadora de Cristo y también Su vida redentora. Los dos aspectos son simbolizados por cosas pequeñas: panes y pescados. Esto indica que en ese entonces el Rey celestial vino a Sus seguidores no como un gran Rey que reinaría sobre ellos, sino como pequeñas porciones de comida que los alimentaría. Véase la nota Jn. 6:92.

  • Todo lo que tenemos del Señor debe ser traído a Él para que sea una gran bendición a muchos otros. Frecuentemente el Señor utiliza lo que le ofrecemos, para suplir la necesidad de muchos otros. De esta manera también hoy en día Él proporciona lo que Sus seguidores necesitan.

  • El propósito de esto fue poner a la gente en orden, y exhibió la sabiduría del Señor y Su carácter ordenado.

  • Al levantar los ojos al cielo, el Rey celestial indicó que Su origen era Su Padre quien está en los cielos.

  • Cualquier cosa que traigamos al Señor debe ser partida para que sea una bendición a otros.

  • Los panes provinieron de los discípulos, quienes los trajeron al Señor. Después que el Señor bendijo y partió los panes, los devolvió a los discípulos para que los repartieran a las multitudes, para quienes los panes llegaron a ser una gran satisfacción. Esto indica que los discípulos no eran la fuente de la bendición; sólo eran los canales usados por el Señor, quien es la fuente de la satisfacción de los hombres.

  • El hecho de que hubiera doce cestas llenas de pedazos indica no sólo que el Cristo resucitado es ilimitado e inagotable, sino también que la provisión que el Señor nos da es abundante, más que suficiente para suplir todas nuestras necesidades.

  • El Señor obligó a los discípulos a que lo dejaran a solas a fin de tener más tiempo para orar al Padre en privado (v. 23).

  • Manteniendo Su posición de hombre (Mt. 4:4), el Rey celestial, como Hijo amado del Padre (Mt. 3:17), necesitaba orar a solas a Su Padre que está en los cielos, para ser uno con Él y tenerle consigo en todo lo que hacía en la tierra para que se estableciera el reino de los cielos. Él hizo esto no en un lugar desierto sino en un monte, dejando a toda la gente, incluso a Sus discípulos, a fin de estar a solas para tener contacto con el Padre.

  • “La noche” representa una hora más avanzada que “la tarde” mencionada en el v. 15.

  • Algunos mss. antiguos dicen: ya distante de la tierra muchos estadios. (Un estadio equivale aproximadamente a 180 metros).

  • La guardia romana observaba cuatro vigilias nocturnas de tres horas cada una, del ocaso al alba. La primera vigilia era la vigilia de la tarde, la segunda, la vigilia de medianoche, la tercera, la vigilia del canto del gallo, y la cuarta, la vigilia matutina (Mr. 13:35). La cuarta vigilia probablemente se extendía desde las tres hasta las seis de la mañana.

  • Mientras Sus discípulos se angustiaban por las olas, el Señor andaba sobre el mar. Esto testifica que Él es el Creador y el Soberano del universo (Job 9:8).

  • Pedro descendió de la barca y anduvo sobre el mar por fe en la palabra del Señor (v. 29); sin embargo, cuando vio el fuerte viento, su fe se esfumó. Debía haber andado por fe en la palabra del Señor, sin mirar las circunstancias (es decir, sin andar por vista). Mientras seguimos al Señor debemos andar por fe, y no por vista (2 Co. 5:7).

  • Puesto que el Señor dijo a Pedro: “Ven” (v. 29), Pedro debió haberse apoyado en esa palabra y no debió haber dudado. Así que, el Señor le reprendió. La fe viene de la palabra del Señor y se apoya en ella. Mientras tengamos la palabra del Señor, sencillamente debemos creer en ella y no dudar.

  • Este milagro no sólo testifica que el Señor es el Soberano de los cielos y la tierra, sino que también se preocupa por las aflicciones que Sus seguidores padecen al seguirle en el camino. Cuando el Señor está en nuestra barca, el viento cesa. La narración de los dos milagros mencionados en este capítulo implica que durante el tiempo en que Cristo fue rechazado por los religiosos y los políticos, Él y Sus seguidores estaban en un lugar desierto y en un mar tempestuoso. Cualquiera que fuese la situación, Él pudo atender a las necesidades de ellos y sostenerlos mientras pasaban por las aflicciones.

  • Reconocer que el Señor es el Hijo de Dios es comprender que Él es igual a Dios (Jn. 5:18). Esto indica que los discípulos reconocieron la divinidad del Señor (Mt. 1:23; 3:17).

  • Véase la nota Mt. 9:204b.

  • Lit., salvos.

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