La primera caída del hombre fue provocada por Satanás al engañar al hombre por intermedio de la serpiente (2 Co. 11:3). La astuta serpiente era la corporificación de Satanás, el diablo, quien es el enemigo y adversario de Dios (Mt. 13:39a; Ap. 12:9 y las notas 3 y 4) así como el tentador del hombre (Mt. 4:3; 1 Ts. 3:5).
Inmediatamente después de los dos primeros capítulos de Génesis, interviene Satanás; e inmediatamente antes de los dos últimos capítulos de Apocalipsis, Satanás es expulsado (Ap. 20:10). En el período comprendido entre los dos primeros capítulos de la Biblia y los dos últimos, Satanás, la serpiente, labora sin cesar para corromper y dañar la humanidad a fin de impedirle a Dios lograr Su propósito eterno. En toda generación, la meta de la obra divina de Dios es edificar el Cuerpo de Cristo para que Su Hijo, Cristo, sea expresado y la serpiente sea eliminada.