Lit., mártires; los que dan un testimonio vivo del Cristo resucitado y ascendido en la vida y son distintos de los predicadores que simplemente anuncian doctrinas según la letra. Según consta en los Evangelios, Cristo en Su encarnación llevó a cabo Su ministerio por Sí mismo en la tierra a fin de sembrarse como la semilla del reino de Dios únicamente en la tierra judía. En Su ascensión, según se narra en el libro de Hechos, Él llevaría a cabo Su ministerio en los cielos por medio de estos mártires, en Su vida de resurrección y con el poder y autoridad de Su ascensión. Este ministerio consistiría en propagarse como desarrollo del reino de Dios, comenzando desde Jerusalén y extendiéndose hasta lo último de la tierra, dando así consumación a Su ministerio neotestamentario. Todos los apóstoles y discípulos que aparecen en el libro de Hechos fueron Sus mártires, Sus testigos (referencia). Véase la nota Hch. 23:114 y la nota Hch. 26:161b.